'Apalpador', 'Olentzero' y 'Tió' bajan para celebrar con los niños la Navidad

Los seres míticos hacen estos días acto de presencia para celebrar las fiestas con los más pequeños de la casa
El Apalpador, estas Navidades
photo_camera El Apalpador, estas Navidades

Seres míticos como el Apalpador, Tió o Tientapanzas hacen estos días acto de presencia en toda España y bajan de las pequeñas aldeas del rural para celebrar tan entrañables fiestas con los niños, con motivo de las tradicionales celebraciones de Navidad. El Apalpador, o también Pandingueiro, de Galicia; el L'Anguleru de Asturias, el Tientapanzas de Écija, el Olentzero del País Vasco y Navarra y el Tió de Nadal de Cataluña y Aragón son parte de los personajes con arraigo que forman parte de la mitología y que se están recuperando en los últimos años después de que estuviesen prácticamente desaparecidos en muchos lugares.

Estos personajes, con características comunes, se distinguen por su aspecto grueso y porque llevan regalos a los niños, acompañados de entrañables canciones y productos de la tierra, departiendo alegría e ilusión y no tanto con un motivo comercial. Las acepciones son muchas y muy variadas por todo el país.

Así, L'Anguleru, una figura de tradición reciente, nace de la tradición de la pesca de angula, viste un traje de color amarillo, un gorro negro y botas de agua, y porta siempre con él un candil. Este personaje se encarga de llevar regalos a los niños por media Asturias con el dinero que obtiene por las ganancias.

Por su parte, el personaje navarro y también existente en el País Vasco, el Olentzero, carbonero de profesión, de gruesa fisonomía, desharrapado, manchado de carbón y de buen comer, se distingue por bajar cada navidad de las montañas a los pueblos coincidiendo con las celebraciones del solsticio de invierno, época en la "hacía mucho frío y no había mucha variedad de productos, tras acabarse las huertas en sí".

Muchas son las incógnitas que rodean a estos personajes dada la escasa información existente en torno a ellos. La leyenda no cuenta si estos seres que viven aislados en el bosque y que sólo bajan por estas fiestas, al igual que el Tientapanzas de Écija, se conocen entre ellos. Algunos habitantes todavía les recuerdan con cierto temor ya que tocaban la barriga de los niños para comprobar si habían comido todo, y en caso contrario avisaban a los Reyes Magos, una historia que ha ido evolucionando para adaptarla a los tiempos actuales.

En el caso de Galicia, el Apalpador o Pandigueiro, como se le conoce en las zonas más orientales de la provincia, es una persona que trae cariño y no solamente juguetes, y que da de comer a los niños allí "por donde va para que se porten bien y tengan un año lleno de felicidad", ha explicado a Efe el experto Lois Pardo.

Aunque muy lejos del protagonismo de Papá Noel o de los Reyes Magos, este divulgador en patrimonio inmaterial asegura que detrás de estos personajes se encierran historias hermosas, alejadas del Hombre del Saco. "En Ancares se decía que esta figura (O Apalpador) bajaba del monte a las aldeas a dejar castañas asadas -y regalos- a los niños", apunta a Efe Anxo Moure, antes de su visita programada a Ourense con el Apalpador, precisamente.

Moure, que desde hace unos diez años recorre toda Galicia contando historias, ha explicado que en su caso entró en esto por propia petición de los vecinos de Doncos, lugar situado en Os Ancares, quienes le pidieron que hiciese de Apalpador. Desde entonces, recorre todos los pueblos y centros escolares de Galicia acercando a los niños las historias del apalpador, este personaje proveniente de las montañas, con una barba rojiza y de aspecto grueso, con botas, de buen comer y beber.

Según la tradición, este carbonero de profesión, al que estudió Pío Baroja, baja las noches del 24 y el 31 de diciembre a tocar el vientre de los niños para saber si han comido bien durante el año y dejarles un montón de castañas, algún regalo, y desearles un Año Nuevo lleno de felicidad y de comida. Desde entonces, los estudios no han dejado de sucederse en torno a esta desconocida figura.

En Galicia, Taboada Chivite fue uno de los primeros investigadores que aludió a la existencia del ritual propiciatorio de palpar la barriga de los niños en lo que se dio en llamar Noite de Apalpadoiro. Moure asegura que vive en las tierras de O Courel y que tiene una misión ecologista además de saludable ya que sólo trae "castañas asadas a los niños que comen sano".

Acompañado por la música de las canciones tradicionales y en ocasiones por su burro Lor, hasta el momento ha recorrido más de sesenta localidades en lo que va de diciembre. Esta previsto que en los próximos días este personaje visite el resto de Galicia cargado de regalos e ilusión.

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