El Gobierno aprueba el fin de las mascarillas tras 700 días: todo lo que debes saber

Cada empresa regulará el uso en sus instalaciones y los escolares no tendrá que llevarlas en el colegio, aunque podrían volver en invierno
Una mujer lanza varias mascarillas al aire. EUROPA PRESS
photo_camera Una mujer lanza varias mascarillas al aire. EUROPA PRESS

Empezaron siendo obligatorias solo en el transporte público y ahora será uno de los pocos lugares en los que permanezcan. Las mascarillas, escudo visible contra el covid, están a punto de desaparecer de la mayoría de los interiores.

El Consejo de Ministros aprobaró este martes el real decreto que eliminará, a partir del miércoles, la imposición del cubrebocas en espacios cerrados, salvo centros, servicios y establecimientos sanitarios, incluidas farmacias, y transporte público. En los trabajos, decidirán las empresas.

Además, las autoridades sanitarias establecerán una serie de usos recomendados que no formarán parte del decreto, tal y como avanzó hace unas semanas la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

Recomendables...

Debate que empezó al principio: la escasez mundial en los albores de la pandemia empujaron a Sanidad a descartar su obligatoriedad y solo recomendarlas en contados casos para personas enfermas, con síntomas o sospechosas de estar contagiadas.

"No es necesario entre población sana", repetía el doctor Fernando Simón en marzo de 2020; el Gobierno "no va a exigir nada que no se pueda cumplir", decía a primeros de abril el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Pero las voces por hacerlas obligatorias en espacios públicos iban alzándose, así que el 4 de mayo, el Ejecutivo las impuso en el transporte público.

... a obligatorias en la calle

De "altamente recomendables" en la vía pública y necesarias cuando no se pudiera guardar dos metros de distancia, pasaron a ser obligatorias el 21 de mayo en la vía pública. Mientras, España seguía avanzando hacia la nueva normalidad en la desenfrenada carrera por la desescalada; pero la apertura trajo los primeros brotes, y el temor a una nueva ola en plena campaña estival las llevó a ir endureciendo la normativa. La segunda ola se extendió hasta el otoño, que acabó homogeneizando el uso del cubrebocas en interiores y exteriores, independientemente de la distancia, aunque seguía vigente la orden de mayo.

Un nuevo cambio desfasado

El nuevo cambio normativo llegó en marzo de 2021, cuando la población volvía a coger aire tras la violenta ola de Navidades. Por eso pilló por sorpresa que, con los contagios en caída libre, la mascarilla se hiciera obligatoria en exteriores. Unas comunidades dejaron de exigirla en playas y espacios naturales para quienes iban solos o con convivientes, pero obligaban su uso en reuniones sociales en esos lugares. Hasta que el día 24 de junio se levantó la obligación si había distancia.

De vuelta al exterior...

Seis meses duró: Ómicron dio pie al Gobierno central y a los autonómicos, previo acuerdo de la Conferencia de Presidentes, a devolver la obligatoriedad de mascarillas al aire libre el 23 de diciembre, y ello pese a que la comunidad científica rechazó de plano la eficacia de esta medida para contener la virulencia contagiosa de la nueva variante. El texto fue convalidado un mes después en el Congreso; se avivaba otra vez la polémica.

Todo ello para que, ni una semana después, el Consejo Interterritorial alumbrara un nuevo acuerdo por el que, a partir del 9 de febrero, ya no había que ponerse más la mascarilla en exteriores salvo en eventos multitudinarios en los que se esté de pie o cuando no haya distancia de seguridad.

El penúltimo capítulo

A partir de mañana, tampoco habrá que llevarla en la mayoría de interiores. A la espera de conocer el texto definitivo, del que aún se están puliendo los últimos detalles, solo habrá que ponérsela en "aquellos espacios en los que puede haber personas con vulnerabilidad", tal y como ha venido reiterando Carolina Darias.

Es decir, trabajadores y visitantes de centros asistenciales y sociosanitarios, pero no los residentes, y en los transportes, mientras que en otros lugares será solo una recomendación.

Los alumnos ya no tendrán que utilizarla en el ámbito escolar, aunque sí se recomienda a los profesores con factores de vulnerabilidad que se la pongan, al igual que otras personas con estas mismas condiciones en las que no puedan mantener 1,5 metros de distancia interpersonal.

En los centros de trabajo, serán los servicios de prevención de riesgos laborales los que lo valoren, si bien la ponencia aconseja llevarla cuando la distancia interpersonal sea inferior a 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada. Asimismo, en otros espacios cerrados de uso público como comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos, bares, restaurantes o locales de ocio nocturno, lo que recomiendan es un «uso responsable», al igual que en el entorno familiar, las reuniones de amigos y celebraciones privadas.

¿Habrá más cambios?

El Gobierno no descarta que se produzcan nuevos cambios, e incluso algún consejero habla de la posibilidad de retomar el uso de las mascarillas durante el invierno.

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