Tato Vázquez

"Hay que aniquilar el virus, convivir con él es una estrategia fracasada"

El presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias critica que en España no haya una especialidad para su servicio, y también avisa que con este nivel de incidencia del coronavirus "salvar la Semana Santa suena a broma de mal gusto"

Tato Vázquez. SERGAS
photo_camera Tato Vázquez. SERGAS

El presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), Tato Vázquez Lima, confiesa estar muy harto del "ninguneo" a su servicio, que se sirve de voluntarios, y de la estrategia para plantar cara al virus, sobre todo de "las bromas de mal gusto". Salvar la Semana Santa "suena a eso", cuenta en una entrevista el también jefe de Urgencias en el Hospital do Salnés (Pontevedra), y arriesgarse a la desaparición de su servicio por no existir esta especialidad en España le parece una cosa "kafkiana" que Europa observa estupefacta, pues este problema solamente se da en España y en Portugal.

En la pandemia están en primera línea desde el comienzo y por ello no tienen reparo alguno en decir que "es imposible en dos meses llegar a los niveles de nueva normalidad" y permitir los vuelos nacionales. "¿Es que no hemos aprendido nada de las Navidades?" es la cuestión que lanzan encabezados por Vázquez Lima.

¿Cree que se resolverá la anomalía de la inexistencia de la especialidad Médico de Urgencias?

Es una competencia exclusiva del Ministerio de Sanidad. El motivo por el que no escucha es uno de los enigmas de este país. Es una recomendación de todos los países europeos. El Congreso y el Senado hace tres años aprobaron por unanimidad instar al Gobierno a su creación con carácter urgente. La razón por la que no se ha hecho se me escapa. A lo mejor somos un poco ‘quijotes’ y nos dedicamos amuchas palabras y pocos hechos. Yo estoy, aparte de cansado, tremendamente confundido con nuestros dirigentes.

¿Confía en una pronta solución?

Nosotros, como sociedad científica, cada vez que un ministro de Sanidad toma posesión, ese mismo día tiene un dossier de 150 páginas encima de su mesa recordando que esto hay que solucionarlo. Carolina Darias llevó un recordatorio de que su antecesor, Salvador Illa, lo prometió. Yo solo espero que alguna vez nos escuchen antes de que nos quedemos sin servicios de urgencias en este país y tengamos problemas.

¿Cuál es ese problema más serio?

Quedarnos sin servicios de Urgencias. No existe nadie que escoja esto. Uno hace otra especialidad, se viene para el servicio de Urgencias y estudia por su cuenta, se hace unos cursos de formación y, aunque no suene bien, aprende con los pacientes. Hay que tener una formación regulada, como la tiene un cardiólogo, y esta es la necesidad en la parte formativa.

Después están las plazas, claro.

En efecto. En el momento en que creas unas plazas de una especialidad, cada año tú tienes una garantía de recambio para el futuro. Si no se sacan, y plazas de urgencias no existen, no hay garantía. Ninguna. Cuando un internista que ha hecho la especialidad de Medicina Interna o un médico de familia que ha hecho la especialidad de Médico de Familia dice que quiere trabajar en Urgencias, se genera un conflicto adicional en su procedencia.

¿Al responder que allí hacen falta?

Claro. Lo que te dice el jefe de Medicina Interna o el centro de salud es, coño, que lo necesitamos aquí. Vale, ¿y yo?, ¿cómo cubro mis plantillas? Es una cosa kafkiana.

España y Portugal son los últimos, ¿no?

Y Europa nos mira asombrados. Piensan "estos tíos están mal de la cabeza".

Usted comenta que en cada urgenciólogo hay un alma solidaria y un corazón de guerrero y que esta crisis sanitaria lo ha reflejado más si cabe. ¿Cómo recibe su colectivo la esperanza de poder salvar la Semana Santa?

El porcentaje de ocupación de críticos debe estar por debajo del 5% y estamos cerca del cincuenta. La incidencia acumulada a 14 días para hablar de riesgo extremo pasa por tener más de 250 casos por cada cien mil habitantes y estamos próximos a los 800, cierto es que bajando, pero desde el pasado verano no hemos bajado de los 200. Dicho lo cual, es imposible en dos meses llegar a los niveles de nueva normalidad. Así que suena a una broma de mal gusto. Lo hemos visto. Aprendamos un poco.

¿Qué ha pasado en Navidades?

Vamos a bajar la incidencia acumulada, pongámonos en que las cosas vayan bien, hasta 250-300, y seguiríamos en riesgo extremo. ¿Vamos a empezar a abrir otra vez para qué, para tener 500 muertos diarios? ¿Cree que se han normalizado las cifras de fallecimientos? Tengo una sensación rarísima, la de que nuestros dirigentes han normalizado las cifras de muertes, de gente con nombres y apellidos. Y eso es perder el contacto con la realidad y vivir en una nebulosa. La estrategia de convivencia con el virus es una estrategia fracasada. Hay que ir a la aniquilación. Y eso pasa por vacunar como una motoreta.

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