Adolfo Suárez Illana ha recordado con un gran cariño, respeto y admiración la figura de su padre, el primer presidente del Gobierno elegido democráticamente tras el franquismo, en una entrevista en el programa En la tuya o en la mía, conducido por Bertín Osborne, en TVE.
Entre otras anécdotas ha contado que la idea de la fotografía que les hizo de espaldas a su padre y al Rey Juan Carlos pasándole el brazo por detrás mientras caminaban fue de su "amigo" Julio Iglesias, cuando le comentó al cantante que el Rey le había solicitado una instantánea cuando le entregara el Toisón de Oro.
La fotografía, que Suárez Illana tomó tirándose al suelo en modo manual mientras ambos caminaban por el jardín de la casa, fue premio Ortega y Gasset en 2009.
Suárez Illana cuenta que tras ser su padre elegido presidente sin mayoría absoluta y con la legalización del Partido Comunista él pasó en el colegio de ser "Adolfo al hijoputa de Suárez".
"Legalizar a Carrillo era una cosa asombrosa", sostuvo el hijo del primer presidente democrático tras la muerte de Franco pero añade "el que dio legitimidad por la izquierda a la transición es Santiago Carrillo y el PCE". "Mi padre se la jugó y salió bien", dijo con orgullo.
Sobre el terrorismo de Eta recordó cómo un día "mi padre me llama y me enseña una carta en la que le amenazan con secuestrar a un hijo y me dijo: "no permitas jamás que te lleven vivo porque yo no podré hacer nada por ti".
"Mi padre era extraordinario pero hubiera sido imposible lo que hizo sin mi madre, que le apoyaba, una mujer de Estado absolutamente", comentó orgulloso Suárez Illana.
Del intento de golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981 recuerda con angustia que dos minutos después de entrar el teniente coronel Tejero en el Congreso de los Diputados le dicen que han matado a su padre.
Sobre el 23-F, fue rotundo al afirmar que básicamente se conoce lo que ocurrió. "Hablé con el rey -"que hizo lo que debió- con toda la naturalidad del mundo sobre el 23-F. No hay donde rascar", asegura.
Sobre la enfermedad de su padre recuerda que el neurólogo Carlos Revilla fue quien en 2003 diagnosticó Alzheimer a Adolfo Suárez.
Antes, recordó cómo su padre insistió en acompañarle a un mitin del PP en Albacete ese año. Cuando acabó "tardamos hora y media para recorrer los 60 metros hasta la puerta". "Qué bonito ha sido cómo me han tratado", dice que comentó su padre.
"Ha habido momentos difíciles durante la enfermedad; pero eso duró muy poco. La enfermedad puede ser una bendición si sabes aceptarla. Borra la base de datos pero no su forma de ser. Sus muestras de cariño..., era un placer pasear con él".
"Los últimos días fueron duros y antes del final un momento de bienestar". Antes de morir "nos regaló sonrisas a todos", recuerda emocionado.
