Un informe de la asociación ecologista Adega revela el deterioro en los últimos años de los ríos gallegos, de los que solo la mitad cumplirían la directiva marco de la Unión Europea en 2015. Otro dato del estudio que evidencia la pérdida de salud es el que refleja que mientras antes había la mitad de los ríos en buen o muy bien estado, ahora solo es un tercio.
Estas conclusiones provienen del 'Proxecto Ríos' que Adega desarrolla todos los años desde hace seis. Se trata de una radiografía del hábitat de las zonas fluvias para la que, en esta ocasión, han empleado una nueva metodología. La iniciativa se lleva a cabo gracias a la colaboración de voluntarios -este año hubo 299 grupos y 3.000 voluntarios-, que efectúan inspecciones.
Según informa la asociación ecologista, las cuencas más estudiadas son las de las Rías Bajas y la del Miño, que suponen el 67% de las inspecciones realizadas. El resto corresponden a las cuencas del Arco Ártabro y Fisterra, a la del Limia-Douro y a las que vierten al mar Cantábrico.
De los ríos estudiados, el que peor estado presentaba en primavera era el Sar, a su paso por Compostela, con una nota deficiente. Con salud moderada estaban los ríos Tea, Baa y Xunco. En otoño, el estudio determinó que los ríos Lagares, Mero y Limia tenían salud deficiente y que el Sarria, Loña, Deique, Mero y Baa la tenían moderada.
La coordinadora del proyecto, la química Virxinia Rodríguez, indicó a Efe que la situación de los ríos es "preocupante" porque "la contaminación continúa siendo un problema serio", aunque dijo que no era "catastrófica". A su juicio, los ecosistemas fluviales cuentan con buena salud en muchos espacios boscosos, aunque no en las zonas urbanas, que a menudo reciben una contaminación directa de "canalizaciones puras y duras" debido a la falta de tratamiento de las aguas residuales.
