Vínculos con sabor a chocolate

Sarria y El Escorial firman el hermanamiento con la figura de Matías López como nexo común. El "compromiso"del empresario con ambas villas marcará el camino para colaboraciones de tipo "cultural, social, turístico y económico"
Miembros de las dos corporaciones ante la imagen de Matías López. VILA
photo_camera Miembros de las dos corporaciones ante la imagen de Matías López. VILA

Dona Fraca y Dona Grosiña salieron este sábado de su letargo para presidir el salón de plenos de Sarria. Las dos figuras, elaboradas por la asociación cultural Crearte en homenaje al famoso cartel publicitario del chocolatero Matías López, fueron testigo mudo y privilegiado de la firma del hermanamiento entre Sarria y El Escorial, una unión basada en la figura del ilustre empresario y filántropo.

Los alcaldes de ambos municipios, Claudio Garrido y Cristian Martín, respectivamente, sellaron este acuerdo, que lleva aparejado el compromiso de "mantener lazos permanentes" y la consecución de objetivos comunes con la puesta en marcha de iniciativas de tipo "cultural, social, turístico y económico" que refuercen el vínculo entre sarrianos y escurialenses.

Con este hermanamiento, los dos ayuntamientos expresan también su deseo de "investigar y profundizar" en la historia de Matías López, uno de los empresarios más destacados del siglo XIX, cuya fábrica en El Escorial dio empleo a 500 personas y fue una de la principales chocolateras de Europa.

"Estamos convencidos de que su biografía y su compromiso con Sarria y El Escorial nos mostrarán los caminos por los que debemos articular el hermanamiento", expresaron ambos regidores.

Garrido y Martín estuvieron flanqueados por dos personas que contribuyeron a esta unión: el cronista oficial de El Escorial, Gregorio Sánchez Meco, y el investigador sarriano Xaime Félix López Arias, quienes desgranaron algunas de las principales características de estos territorios y expusieron las contribuciones realizadas por Matías López.

López Arias recordó el "amor" del chocolatero por su villa natal, a la que donó unas escuelas públicas que fueron "un ejemplo de buena construcción y normas pedagógicas". Aludió también a la importancia histórica del Camino de Santiago en un municipio que hoy ofrece "una vida cultural muy activa, una gran acogida, emprendimiento industrial, una agricultura y ganadería fuertes y un sector servicios potentísimo".

Chocolatada popular. VILA
Chocolatada popular. VILA

Por su parte, Sánchez Meco, autor del libro Cuando El Escorial olía a chocolate, mostró en diapositivas cómo era la fábrica de Matías López, que permitió frenar la despoblación que sufría este enclave madrileño y a la que dotó de escuelas y viviendas para los trabajadores, protegiéndolos con todo tipo de derechos.

Por desgracia, la empresa cerró mediado el siglo XX y en su lugar se levantó una urbanización, quedando como único resto una de las cuatro bóvedas construidas por Felipe II como aljibe y reutilizadas por Matías López como lugar para enfriar el chocolate.

Obsequio

El acto oficial se cerró con la entrega de un obsequio, consistente en una pieza artesanal elaborada por la artista local Verónica Quintela que reproduce una de las figuras utilizadas por el empresario sarriano en la publicidad de sus chocolates, con la que marcó los inicios del márketing moderno.

Saludo entre los alcaldes. VILA
Saludo entre los alcaldes. VILA

Los dos alcaldes, junto a concejales de ambas corporaciones, posaron después junto a un retrato de Matías López, en un cartel creado por el Borja Doel con motivo del hermanamiento.

La música de Peleriños dio por finalizado este acto institucional, que se repetirá el próximo fin de semana en el salón de plenos de El Escorial, hasta donde se desplazará una representación del Concello sarriano junto con López Arias.

Ya por la tarde, tuvo lugar la parte más lúdica y popular, con la celebración de una chocolatada en la plaza de abastos de la villa dado que el tiempo no permitió hacerlo en el exterior. Las panaderías locales prepararon variados dulces a base de cacao como acompañamiento a la bebida caliente que sirvió el hotel Alfonso IX y a una fuente de chocolate.

La música tradicional amenizó esta cita, en la cual los vecinos de Sarria recordaron con orgullo a su célebre paisano y dieron la bienvenida a los nuevos "hermanos" de El Escorial en el marco de una unión con sabor a chocolate.

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