Velando por una noche de fiesta segura

Guardia Civil, junto a Policía Local, realiza en Sarria el primer operativo en Lugo de una campaña especial de refuerzo de la seguridad

Son las once de la noche del primer sábado de diciembre. Guardia Civil y Policía Local se reúnen en el cuartel de Sarria para organizar el operativo de las próximas horas, que se engloba en una campaña especial de refuerzo de la seguridad de la Benemérita con una finalidad preventiva en zonas de ocio nocturno y de afluencia de personas. El de la villa fue el primer operativo que se realizó en la provincia de Lugo dentro de este programa y que llevó en menos de tres horas a registrar veinte denuncias por presunta posesión de drogas, extranjería o desobediencia, entre otros.

Se trata de unas intervenciones en colaboración con otros cuerpos, en el caso de Sarria con la Policía Local. Cinco guardias civiles, un policía local y dos auxiliares participan en el operativo que, tras un briefing en el cuartel, arranca en los locales de ocio nocturno de la zona de vinos. Los efectivos, mientras un compañero espera ante la puerta, identifican a los clientes y los registran para verificar que no portan estupefacientes o armas. También comprueban que los establecimientos tengan toda la documentación en regla, como la licencia o que cumplen con el aforo.

Los efectivos controlaron locales, donde interpusieron denuncias por posesión de drogas o a extranjeros sin papeles en regla

Son inspecciones de apenas diez minutos en las que los agentes son en general bien recibidos, aunque tienen que oír alguna queja de algún hostelero por ser el segundo sábado consecutivo que el local en cuestión recibe una inspección. "Es su trabajo", le responde una clienta. En otro establecimiento incluso los despiden con un "¿se toman una?".

Mientras practican las identificaciones algunas personas quieren entrar en los pubs, pero, al abrir la puerta y ver a los agentes, rápidamente vuelven a salir, sorprendidos por la intervención.

Con las primeras identificaciones y registros llegan también las primeras denuncias. Es el caso de un joven quien al abrir su bandolera saca un bote de colonia, pero también otros elementos. Supuestamente lleva hachís y marihuana. Se trata de pequeñas cantidades, aunque no serán las únicas sustancias ilegales que localicen en la noche y eso que todavía está empezando la fiesta.

Al salir de los locales identifican a varios jóvenes que se encuentran en la calle. Uno de ellos porta presuntamente cocaína, por lo que es denunciado.

 La noche sigue y lleva consigo denuncias a personas por encontrarse presuntamente ilegales en el país o estar empleada en un establecimiento sin permiso de trabajo. Uno de los clientes dice haber llegado al país todavía en el mes de octubre. "Bienvenido a España", le dice otro ante la inspección en el local.

Al identificar a los ciudadanos la Guardia Civil comprueba los datos a través de su táblet, teléfono móvil o por transmisión. De esta forma descubren que uno de ellos tiene una requisitoria judicial de paradero, por lo que los agentes lo comunicarán al tribunal.

Así llegan a la una y media de la madrugada y Benemérita y Policía Local abandonan los locales de ocio. El siguiente paso será poner en marcha un punto de identificación de vehículos y personas para controlar a todo aquel que entra y sale de la villa. El lugar elegido es el barrio de O Mazadoiro.

Los termómetros de sus automóviles marcan ya un grado bajo cero y las gélidas temperaturas parece que no animan a los conductores a coger el coche, pues apenas se ve tráfico por la carretera LU-546. Los agentes paran a los primeros vehículos, comprobando la identificación de los ocupantes y registrando también algunos de los automóviles.

Tras un tiempo en O Mazadoiro los efectivos se trasladan a A Pobra de San Xiao para continuar con su control de locales de ocio nocturno. En la capitalidad lancaresa interponen otras dos denuncias por presunta posesión de drogas. Una de las personas supuestamente portaba dos porros de marihuana. Ni corta ni perezosa, para que los efectivos no le decomisaran los dos, se mete uno en la boca y se lo traga entre la sorpresa de los efectivos, que comentan nunca haber vivido nada así en los años que llevan en el cuerpo. Por ello, el hombre se enfrenta, además, a una denuncia por desobediencia, aunque termina pidiendo disculpas a los agentes por su actitud.

Son las dos y media de la madrugada y las fuerzas de seguridad inspeccionaron ya media docena de locales de ocio y realizado un control de carretera, identificando en total a más de medio centenar de personas. A esa hora llevan interpuestas 20 denuncias, cuatro por supuesta posesión de estupefacientes, una por desobediencia, varias de extranjería y otras. Pero la noche no termina ahí para los efectivos, quienes continúan toda la madrugada velando por una noche de fiesta segura.

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