Tras las huellas del hierro

La Federación Galega de Montañismo acaba de homologar la Ruta do Ferro do Incio, un itinerario que descubre el patrimonio etnográfico del municipio. En el recorrido se encuentran cinco minas de hierro y una antigua trampa para atrapar lobos

Cova da Tinta en la Ruta do Ferro de O Incio. EP
photo_camera Cova da Tinta en la Ruta do Ferro de O Incio. EP

La economía del municipio de O Incio estuvo ligada a las minas de hierro. Aunque estas explotaciones ya se encuentran cerradas se pueden conocer con la Ruta do Ferro, que acaba de ser homologada por la Federación Galega de Montañismo.

El itinerario, que discurre entre A Ferrería y Monteagudo, fue acondicionado recientemente con cargo a una subvención de los fondos Leader tramitados a través del Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) Ribeira Sacra-O Courel. Entonces el Ayuntamiento decidió solicitar la homologación y se trata de la primera ruta del municipio que la obtiene, señala la alcaldesa, Laura Celeiro. La concesión de la homologación, con el número PR-G 225, supone dar a conocer el recorrido y el municipio, así como el compromiso del Concello de mantener el itinerario en buen estado, explica.

Para promocionar este recorrido, la administración local elaboró un vídeo con dron que muestra unas impresionantes vistas y del que se puede disfrutar en la página web del Concello. Con el objetivo de dar a conocer la ruta la entidad también creó a finales del pasado año, con cargo a la ayuda del GDR una aplicación para los teléfonos móviles para que los visitantes no se pierdan ni un solo detalle del itinerario. Este programa también incluye establecimientos en los que dormir y comer en el municipio de O Incio, y otros lugares de interés, como las iglesias de O Hospital, San Eufrasio y A Cruz. Según indica la alcaldesa, el objetivo es que si se adecúan otros recorridos del ayuntamiento se introduzcan en la misma aplicación.

Esta describe la Ruta do Ferro y cada uno de los puntos destacados. Para completarla, los senderistas pueden elegir entre partir del núcleo de Monteagudo, en la parroquia de San Pedro do Incio, o bien de A Ferrería. Iniciándola en el primero de los puntos es más llevadera, pues existen más pendientes de bajada que de subida, indica la alcaldesa.

Fuente de A Ferrería do Incio. EP

En cambio, si los caminantes se decantan por hacerlo desde A Ferrería comienzan el recorrido en la fuente de aguas ferruginosas de la localidad, donde estuvo en marcha durante más de un siglo un balneario. Todavía se puede acceder al manantial, del que brotan 1.440 litros por minuto y su agua es recomendada para anemias, entre otras enfermedades.

El siguiente punto de interés de la Ruta do Ferro es el mirador de Pena de San Mamede, donde durante las obras de acondicionamiento se instalaron bancos y barandillas. Desde él se puede observar el valle de O Incio.

Las minas de hierro fueron explotadas desde la época romana y hasta los años 50

Los senderistas se encuentran a continuación los principales elementos de la ruta y a los que les debe su nombre, las antiguas minas de hierro, a las que se puede acceder. Estas fueron explotadas desde la época romana y hasta los años 50, según recoge la aplicación sobre el recorrido. A lo largo del itinerario figuran las cuevas de Bouzallo de San Miguel, Couso, Tinta, Fonte Barrosa y Avión. Esta última es de las más pequeñas de la zona y posiblemente la más antigua. También se cree que la Cova da Tinta y Bouzallo de San Miguel fueron de las primeras en explotarse. Por su parte, la de Fonte Barrosa es la más larga y consta de varias galerías llegando a alcanzar los 600 metros en total. Esta cueva se encuentra llena de agua procedente de un manantial de aguas ferruginosas.

En el recorrido, entre las minas, hay un merendero en el que realizar un pequeño descanso para ontinuar la ruta y alcanzar otro de los principales puntos de interés etnográfico que figuran en el itinerario. Se trata del Foxo dos Lobos, una "trampa utilizada desde la Edad Media para cazar lobos en épocas en las que las poblaciones de estos animales eran abundantes y peligrosas para el ganado que había en el monte", señala la aplicación.

Foxo dos Lobos de O Incio. EP

Según explica esta, para capturar a los animales los vecinos hacían ruido con todo tipo de aparejos y los conducían hacia la zona donde estaban dos muros convergentes en forma de ‘v’. Estas paredes descendían por la ladera de la montaña y terminaban en un foso, en el que caían los lobos y eran apresados.

El sendero termina en Pena do Chao, donde se conserva un petroglifo formado por unas cazoletas. La misma roca hace de mirador. Una vez finalizada la Ruta do Ferro, circulando en dirección al núcleo de Monteagudo se puede llegar a un nuevo mirador, el del Foxo dos Lobos, donde hacer un descanso después del recorrido y contemplar los bellos paisajes de la Terra Brava.

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