La tradición como referencia

El Complexo Xacobeo Triacastela, que a finales de diciembre cumplirá un cuarto de siglo, es algo más que un lugar apropiado para el descanso del peregrino. Se trata también de un espacio para disfrutar de platos tradicionales de la cocina gallega, en consonancia con la decoración del inmueble y del propio restaurante, en el que predominan la piedra y la madera. Su carta es un amplio menú del día, con once primeros y otros tantos segundos a elegir al precio de 13 euros.

El caldo gallego y los callos son las propuestas de referencia en el apartado de entrantes, como símbolos de la comida casera del local. El revuelto de grelos con queso de O Cebreiro brilla también entre otras propuestas variadas como la paella, las judías verdes con patatas o los macarrones con atún, a las que se suman los entremeses, la ensaladilla rusa, la sopa y las ensaladas mixta o de pasta.

El churrasco de ternera con chorizo criollo, la lengua de ternera estofada y el secreto de cerdo a la parrilla son otras de las especialidades de la casa y fi guran entre los segundos platos más demandados. La milanesa de pollo rellena de queso y grelos sorprende por la acertada combinación de sabores. Destaca, además, la presencia en la carta de los huevos fritos, cada vez menos habituales en los restaurantes. Los preparan con chorizo, con jamón o con arroz. Los costumbristas bistecs de ternera y los fi letes de pollo completan la oferta carnívora del local.

La merluza a la gallega se erige en la principal protagonista en el apartado de pescados, junto al salmón a la parrilla. El Complexo Xacobeo cuenta con una carta de raciones en las que sobresalen las zamburiñas a la plancha y las croquetas de zamburiñas, junto al omnipresente pulpo á feira.

Llaman la atención las empanadillas caseras, con forma de media luna, que llevan rellenos de panceta o chorizo. No les van a la zaga las empanadas, hechas en el horno de leña de una panadería local, que cuece el ‘amoado’ elaborado en el propio restaurante. Las de carne y las de liscos son muy solicitadas.

El queso de O Cebreiro con miel y membrillo es el rey de los postres. A él se unen el flan de chocolate, el arroz con leche y el yogur con fruta fresca.

Los platos combinados y los potentes desayunos, desde las seis de la mañana, completan la oferta.