La situación de las dos familias de refugiados sirios que llegaron a Sarria en julio de 2016 será tratada en el Congreso de los Diputados a raíz de una iniciativa de En Marea, en la cual insta al Gobierno central a tomar medidas para que estas once personas (cuatro adultos y siete niños) "non fiquen desamparadas" una vez finalizado el programa de acogida.
Las dos familias –una de las cuales continúa viviendo en Sarria mientras que la otra se trasladó a Lugo– hicieron pública hace unos días la delicada situación que atraviesan al rematar en enero el programa –de 18 meses de duración– y carecer de recursos y de un trabajo para poder afrontar gastos como el alquiler del piso.
Los diputados Miguel Anxo Fernán Vello y Alexandra Fernández consideran que el Programa Nacional de Reasentamiento y Reubicación tuvo una duración "verdadeiramente breve" y aseguran que en estos momentos los refugiados sirios "voltan ao estado inicial posto que durante este ano e medio non tiveron acceso a cursos de formación, non teñen toda a documentación necesaria ou algunha titulación que acredite o coñecemento da lingua".
Según dicen ambos diputados, de momento dependen de las ayudas de organizaciones benéficas en espera de una solución.
En Marea solicita al Gobierno la ampliación del Programa de Reasentamiento "para garantir unha estabilidade, así como a procura da inserción laboral" y echa en falta un mayor seguimiento y control de este tipo de proyectos.
Además, acusa al Estado español de "actuar pola mínima en materia de refuxiados, sen implicación humanitaria", y de "incumprir de forma flagrante as cotas pactadas na UE neste tema".
Las dos familias sirias tuvieron que abandonar la ciudad de Homs huyendo de la guerra y fueron acogidas en Líbano, donde pasaron varios años refugiadas. En julio de 2016 llegaron a España dentro de un grupo de 155 personas en base al Programa Nacional de Reasentamiento. Su destino fue Sarria en aplicación de un convenio entre la Xunta (que facilitó los pisos) y la Cruz Roja, que prestó ayuda integral desde su llegada.
Las dos familias están llamando a varias puertas en busca de amparo con la colaboración de la asociación gallego-siria de apoyo y solidaridad con el refugiado SAWT (que significa voz), de la que forma parte la activista Fadile Chami.
Esta misma semana esperan una respuesta del Concello de Sarria, con el cual mantuvieron entrevistas en días pasados.
Profesiones
Las dos parejas de adultos aspiran a poder encontrar un trabajo. En el caso de la familia que reside en Sarria —con tres niños de entre 3 y 6 años— el padre es sastre de profesión, por lo que compraron por internet una máquina de coser para poder hacer arreglos de ropa. La madre ejerció como voluntaria en el comedor del colegio público en el que están escolarizados los niños.
