Una segunda vida tras el ictus

Christian Salamin recorre en bicicleta adaptada 5.400 kilómetros entre Noruega y Santiago ► Trata de concienciar sobre los accidentes cerebrovasculares, que él mismo sufrió en 2015
Christian Salamin, con Jorge López, Javier Pitillas e Iván Bragado, en Sarria. PORTO
photo_camera Christian Salamin, con Jorge López, Javier Pitillas e Iván Bragado, en Sarria. PORTO

La vida del suizo Christian Salamin cambió para siempre en 2015, cuando sufrió un ictus que le dejó el lado izquierdo del cuerpo paralizado. Entonces estuvo cuatro días entre la vida y la muerte y tuvo el sueño de recorrer 5.400 kilómetros entre Noruega y Santiago de Compostela, deseo que ahora hace realidad en una bicicleta adaptada y ya se encuentra en Sarria a poco más de 100 kilómetros de su destino.

La aventura de este peregrino comenzó el 7 de julio en la ciudad noruega de Trondheim. Él ya era antes un apasionado del ciclismo y recorría "10.000 kilómetros al año", por lo que completar 5.400 "en cuatro meses no es demasiado", bromea. "Y con solo una pierna", apunta el peregrino, quien solo pedalea con la derecha al tener el lado izquierdo paralizado. Ahora anda sobre una bicicleta adaptada especialmente para él.

Su peregrinación, bautizada como Ride for stroke, busca llamar la atención sobre la prevención de los accidentes cerebrovasculares y ofrecer un mensaje optimista a las personas que se recuperan de un daño cerebral, según indica. Christian Salamin, además, recauda fondos con su viaje para la asociación Fragile Valais, un colectivo suizo que apoya a las personas que hayan padecido un ictus y a sus familias.

Esta enfermedad es más frecuente de lo que se cree, pues, por ejemplo, en su país cada 30 minutos una persona sufre uno y se producen 16.000 cada año.

Él tuvo un ictus en 2015, cuando todavía no había cumplido los 50 años. Según explica, sus compañeros de trabajo vieron que tenía la cara paralizada y llamaron rápidamente a emergencias. Estuvo en coma y cuatro días entre la vida y la muerte. "Luchando y luchando por mi vida" y fue "muy, muy duro", asegura.

Para Christian Salamin la enfermedad fue "una segunda oportunidad y un segundo nacimiento" y afirma que es "mejor" su nueva vida que la anterior, pues "antes estaba estresado, el trabajo...".

Tras una larga rehabilitación pudo volver a su afición por el ciclismo. Comenzó hace tres años completando los 1.200 kilómetros de la Ruta del Rin, entre Suiza y Holanda, lo que fue su preparación para su gran aventura de Noruega a España. Este es el itinerario ciclista EuroVelo 3 y es conocido como la Ruta de los Peregrinos, lo que para él, dijo, tiene un significado especial.

Desde julio este luchador pasó por Noruega, Suecia, Dinamarca, Alemania, Bélgica, Francia y España. De apoyo lleva un acompañante con una autocaravana, en la que descansa, y para la que cuenta con patrocinadores.

ETAPA CON DISCAMINO. Este mismo martes llegó a Sarria y lo hizo con Javier Pitillas e Iván Bragado, de la asociación DisCamino. Estos completaron con una bicicleta adaptada los 63 kilómetros que separan Ambasmestas, en la provincia de León, de la villa sarriana. En la localidad fueron recibidos por el presidente de la Asociación de Amigos do Camiño de Santiago na Comarca de Sarria, Jorge López.

El suizo prevé descansar durante la jornada de este martes en el Cámping Vila de Sarria y mañana se pondrá en marcha con destino a Melide. Su objetivo es llegar a la Praza do Obradoiro el viernes por ser una jornada "simbólica" al coincidir con la conmemoración del Día Mundial del Ictus.

Su viaje no es fácil y recuerda que, por ejemplo, estuvo pedaleando "un mes" bajo la lluvia, entre Dinamarca y Alemania. Atravesar España le está siendo "muy duro" y lamenta que el Camino no es accesible para una persona con bicicleta adaptada. "Francia sí, es una autopista", afirma.

Para el responsable de DisCamino, Javier Pitillas, fue "precioso" acompañar en una etapa al aventurero, quien es un "auténtico fenómeno". Asegura que la de ayer fue la ocasión "que más rápido subimos a O Cebreiro" al tener que seguir el ritmo del suizo.

Este se sorprendió del trabajo de DisCamino, colectivo que cumple el deseo de personas con discapacidad física, intelectual y sensorial de recorrer la ruta jacobea con bicicletas adaptadas.

A Christian Salamin le gustaría poner en marcha un proyecto similar en su país, cuenta a pocos días de terminar su aventura, que se puede seguir en su página web de Ride for stroke.

Comentarios