'Santitos' para endulzar Sarria

La villa conserva la tradición de elaborar el Día de Todos los Santos unas pastas con forma de muñeco, cuyo origen se desconoce. Hace décadas ya se vendían por las calles en cestas o bicis

Santitos de Sarria. EP
photo_camera Santitos de Sarria. EP

POR LA festividad de Todos los Santos es habitual acudir a los cementerios a depositar flores en las sepulturas de los seres queridos, pero en la villa de Sarria también hay otra tradición: comprar los santitos. Se trata de unas pastas con forma de muñeco que generaciones y generaciones de sarrianos degustaron y degustan por estas fechas.

Los dulces se comercializan en algunos negocios de la localidad, aunque hace décadas se hacía en la propia calle. "Contan que a xente os vendía pola rúa cunha cesta colgada do pescozo e ían berrando "santitos del día, santitos del día"", señala José Ramón Gil, de la confitería Caprichos. Yolanda Vázquez, de la pastelería Yoli, recuerda que cuando era una niña "andaba un señor en bicicleta vendéndoos".

Se desconoce el origen de los santitos, pero los pasteleros quisieron continuar con una tradición "de toda a vida", apunta María Dolores Gallego, de la confitería Lolita.

Para esta pasta no hay una sola receta. Alguno, como José Ramón Gil, utiliza una masa similar a la de los melindres, con mantequilla, harina, anís, azúcar, agua y huevo.

Cree que en este dulce puede estar el origen de los santitos. "En Sarria había polo menos tres fábricas de melindre e é parecido. Deste tamén se quitaban unhas galletas similares ás marías que se encontran agora nos supermercados. Pode que colleran do melindre a receita para os santitos e fixeran un molde tipo", opina Gil, quien conserva la receta y la horma que se utilizaban en una antigua confitería de Sarria, Pallares. Esta, junto a la pastelería Matías, ya preparaba hace décadas las tradicionales pastas.

Otros establecimientos, como es el caso de la pastelería Delicias, emplean los mismos ingredientes que los del melindre, aunque no le echan anís, cuenta su propietaria, Concepción Castedo.

"Cada un ten a súa receita, nós tamén os decoramos, pintámolos con chocolate, e facemos tanto santitos como santitas", indica Yolanda Vázquez. Incorporan las santitas "para promocionar a igualdade de xénero", señala Pilar García, propietaria de la panadería Pallares.

Los sarrianos deben esperar todo un año para degustar los dulces, que solo se preparan en estos días o, en algún caso, durante todo el mes de octubre por la buena acogida que tienen entre los vecinos.

Muchos sarrianos llegan a las pastelerías evocando los santitos de su niñez. "Moita xente os merca. Recorda da súa infancia cando os vendían polas rúas. Vai pasando a tradición de avós a netos", relata Gil. Otros llegan a comprarlos rememorando que "cando eran nenos os vendían", afirman desde la pastelería Delicias. Por ello los menores recibían unas monedas.

Cuando eran pequeños que les regalaran uno de estos dulces era "unha alegría tremenda", añade Javier Fernández, otro de los propietarios de la panadería Pallares.

No solo personas que los recuerdan en su infancia compran estos dulces. "Todo o mundo vén polos santitos", apunta la pastelera María Dolores Gallego, quien asegura que "véndense moito". Incluso hay vecinos que los adquieren para enviarlos a sarrianos que residen en otros puntos del país y de esta forma pueden mantener las tradiciones de su tierra natal. "Lévanos para Madrid, Barcelona, País Vasco ou Asturias. Lévanos familiares para xente que é de aquí", indica Concepción Castedo.

Los santitos y las modernas santitas llegan así a los hogares de un gran número de sarrianos, que el Día de Todos los Santos y fechas próximas comparten este curioso dulce que ya degustaban sus antepasados.

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