La capitalidad samonense acogió este domingo la celebración de la Feira do Turista e o Peregrino, que tuvo como escenario el entorno del monasterio benedictino. Varios puestos de artesanía se instalaron en el paseo que bordea el cenobio, donde el público pudo adquirir desde alimentos hasta objetos tallados en madera o elaborados en cuero.
Organizado por el Concello, el evento cumplió su primera edición, con la animación musical de los Gaiteiros de Goián y el grupo Eoas. Hubo también servicio de pulpería, una exposición de coches clásicos de particulares de Samos y Triacastela, y una muestra de aperos de labranza y otros objetos antiguos propiedad de un vecino.
El concello de Samos recibe en verano a numerosos peregrinos que recorren el Camino Francés, además de emigrantes retornados y turistas que se acercan a conocer el monasterio y los atractivos paisajísticos y gastronómicos de la zona.