Roban dinero de madrugada en dos bares cercanos del casco urbano de Sarria

El botín en la residencia de mayores ascendió a 8.400 euros, pertenecientes a cinco internos

Cartel en uno de los bares. VILA
photo_camera Cartel en uno de los bares. VILA

Dos establecimientos de hostelería del casco urbano de Sarria, situados a poca distancia entre sí, fueron asaltados en la noche del domingo al lunes con escasos minutos de diferencia y utilizando el mismo modus operandi. En ambos casos, los ladrones se llevaron dinero, tanto de la caja registradora como de la máquina tragaperras. El botín está pendiente de cuantificar.

El primer local asaltado fue el mesón Carro, ubicado junto a la Praza de Galicia. Los autores rompieron la cerradura para acceder al interior, donde dañaron la tragaperras y se adueñaron del dinero. La cantidad se presume cuantiosa porque justo el lunes era el día previsto para hacer la recaudación, explicó la hostelera.

Según dijo, los ladrones también arrancaron la caja registradora para llevársela "entera", dejando tiradas a su paso botellas de bebida y todo lo que había alrededor. Contenía la recaudación de la jornada anterior.

Los ladrones actuaron en los negocios hosteleros con minutos de diferencia y se llevaron la recaudación de la caja y de la tragaperras

Unos minutos después, a las 5.20 horas, sonaba ya la alarma del bar Tucán, en la Rúa Calvo Sotelo, donde los ladrones quitaron el bombín para entrar y se llevaron también el dinero de la tragaperras. Además, en la caja registradora (que tenía la llave puesta para evitar daños mayores en caso de sustracciones) se hicieron con la suma que guardaba para el cambio y que ronda los 400 euros.

Todo apunta a que fueron tres personas las autoras de estos hechos, de las cuales una esperaría fuera en un vehículo y dos más actuarían dentro de los bares encapuchadas y con guantes.

Estos asaltos vienen a unirse al robo perpetrado en la noche del jueves al viernes en la residencia de mayores de Sarria, donde el botín ascendió finalmente a 8.400 euros, una cantidad muy superior a la que se creía en principio.

El dinero se guardaba en una caja fuerte en uno de los despachos y era propiedad de cinco de los residentes que lo tenían allí en depósito. Los ladrones entraron al geriátrico, que depende del Ayuntamiento, por una ventana y registraron tres oficinas de forma sigilosa, por lo que nadie se percató de su presencia.