Dos años después del derrumbe del puente de Santa María de Lama, los vecinos de esta parroquia de Láncara pueden hacer uso de nuevo del viaducto tras ser reconstruido por el Concello con una inversión de 65.170 euros, con cargo al plan único de la Diputación de Lugo de 2018.
El puente, que da servicio a los núcleos de Armea de Abaixo y O Roxedoiro, así como a numerosas fincas, cedió a principios del mes de junio de 2017 y, aunque no llegó a desplomarse la estructura completa, sí quedó inutilizada.
En aquel momento se habilitó un paso alternativo para peatones, pero los turismos y vehículos agrícolas se vieron obligados a dar un rodeo por falta de puente.
El derrumbe resultó sorpresivo dado que el Ayuntamiento no tenía constancia de daños estructurales en este viaducto, que tenía varias décadas de antigüedad. Ahora, aprovechando las obras de reconstrucción, dispone de una mayor anchura y fue realizado con materiales más consistentes.
Los trabajos de reposición salieron a licitación el pasado año y fueron adjudicados en un concurso público al grupo Bascuas en la suma de 65.170 euros y con un plazo de ejecución de cuatro meses. No comenzaron hasta este 2019 a la espera de permisos.
La estructura del nuevo puente está formada por estribos de hormigón armado y un tablero con seis vigas prefabricadas. Tiene una luz libre de ocho metros y una altura de 2,40 para cumplir con los parámetros de desagüe. Las obras se completaron con la colocación de una barandilla metálica y el pavimento, con triple tratamiento superficial sobre grava.
La reposición del puente de Santa María de Lama era una obra muy esperada por los vecinos de la zona, algunos de los cuales solicitaron ahora que se tomen medidas con dos árboles situados junto al viaducto, cuyas ramas suponen un peligro en invierno porque entorpecen el discurrir del agua por el cauce, manifestaron.
Una vez finalizada esta actuación, el Concello acometerá la reposición de la pasarela de madera sobre el río Neira en la playa fluvial de A Pobra de San Xiao, la cual fue cerrada al paso al detectarse fallos que podrían suponer riesgo para el usuario. El coste en este caso será de 38.700 euros, que se financian con el plan único de este año.
