La primera escuela rural de Sarria

Un emigrante, José Garcia Losada, creó a mediados del XIX el primer centro escolar rural del ayuntamiento de Sarria. Esta instalación, en el núcleo de Mundín, estuvo en marcha algo menos de un siglo y en la actualidad el edificio está en ruinas

Placa que recuerda a José García Losada. PORTO
photo_camera Placa que recuerda a José García Losada. PORTO

Los emigrantes jugaron un gran papel en la formación de los vecinos de Sarria, pues a su iniciativa se debe la creación de colegios en el rural. La primera de ellas fue la del pequeño núcleo de Mundín, en la parroquia de Lier, en la segunda mitad del siglo XIX.

De esta escuela pionera solo quedan hoy en día cuatro paredes y una placa que recuerda a José García Losada, su promotor, quien quiso así acercar la educación a sus antiguos vecinos.

El Gobierno central aprobó la puesta en marcha de este centro en junio de 1864, así como las bases por las que se iba a regir. Según el investigador Xaime Félix López Arias, del Seminario de Estudos Sarriaos Francisco Vázquez Saco, el edificio fue costeado por García Losada, quien había emigrado a Madrid, y contaba con aulas y habitaciones para los maestros y el portero.

La antigua escuela de Mundín, que se encuentra abandonada desde hace décadas. PORTOLa escuela estaba dirigida por un patronato, formado originalmente por el sacerdote de la parroquia de Lier, el juez de primera instancia de Sarria y Manuel Pérez Batallón, quien era registrador de la propiedad del partido judicial de Monforte. Tras el fallecimiento de este último, indica, lo sucederían en el cargo su pariente más inmediato, siendo preferido en igualdad de parentesco el que residiera en la jurisdicción. En el caso de que no hubiese nadie que reuniese las condiciones, sería el alcalde el nuevo miembro del patronato de la escuela. En esta "exercía unha alta inspección" el obispo de Lugo, añade el investigador.

PROFESORADO. El colegio tenía dos profesores, "un primeiro, xefe do establecemento, co haber de 5.000 reais e outro segundo ou auxiliar, co de 3.000 reais". Estos eran nombrados por el patronato de la escuela "coas formalidades establecidas para os das escolas públicas dando preferenza entre os que tivesen título profesional aos que máis se distinguiran pola súa instrucción e pola súa conduta moral e relixiosa e entre estes ao que reunise a condición de ser natural de Mundín", explica.

La escuela admitía gratuitamente a todos los niños del núcleo de Mundín, pero también a los pequeños de las parroquias limítrofes que querían asistir. Se organizaba "como as escolas públicas elementais, segundo a lexislación do ramo", cuenta el sarriano.

Los maestros tenían la obligación de acompañar a los niños a misa en los días de precepto y también a aquellos oficios que estableciese el reglamento de la escuela, apunta López Arias.

Además de maestros, el centro contaba con un portero, quien tenía un sueldo de 2.000 reales y era nombrado por el patronato. Debía encargarse de la seguridad y limpieza del inmueble. "De maneira que todos os días tiña que estar limpo e regado antes de principiar as clases e tiña, ademais, a dotación dunha mula para carrexar a auga necesaria e un can para garda da casa", relata.

En esta escuela se formaron decenas y decenas de alumnos de Lier y el entorno. Los últimos profesores fueron un matrimonio, que vivía en el colegio, en el que tenía establos para cuidar también a animales, recuerda un vecino de esta parroquia sarriana.

Quedó abandonado con la construcción de la escuela de Lier, a finales de la primera mitad del siglo XX. Hace unos 50 años el edificio presentaba goteras, por lo que el pedáneo pidió que se repararan, aunque el gobierno se negó a hacerlo. El abandono comenzó a pasarle factura hace tres décadas. Se derrumbó el tejado, nacieron árboles en su interior y las hiedras ya cubren sus paredes. De esta casa del saber ya solo queda como recuerdo una placa con la leyenda Casa escuela fundada por el S.D. José García Losada del Comercio de Madrid, natural de Mundín, siendo su esposa la S.D. Teresa Regalado. Sus hijos D. Luis y D. Juan. 1867. Un sarriano perdido en la memoria, pero que logró acercar la educación a sus antiguos vecinos.

Educación
En la villa sarriana hubo un centro educativo en el XVI

La escuela de Mundín es la primera puesta en marcha en el rural de Sarria, aunque en la villa ya se creó una a finales del siglo XVI, señala López Arias.

El centro fue promocionado por el marqués de Sarria, pero se abandonó y no se retomó hasta finales del XVIII. En el siglo siguiente se pusieron en marcha unas escuelas, llamadas "incompletas", en las que las clases se prolongaban cuatro meses.

Escuelas públicas
Ya en 1896 se fundaron las escuelas públicas. La de los niños se ubicaba en la parte trasera del actual juzgado, inmueble en el que se situaba entonces el Ayuntamiento. Por su parte, la dirigida a las niñas se encontraba en viviendas de alquiler en la Rúa Maior.

Con la dictadura de Primo de Rivera y la República se comenzó a generalizar la creación de escuelas. La mayoría de los colegios rurales se pusieron en marcha a mediados del siglo XX, ya de la mano del Ayuntamiento.

Hijos del Distrito
Sin embargo, unos años antes ya fueron también los emigrantes los que permitieron crear otras en parroquias. Es el caso de asociaciones como Hijos del Distrito de Sarria en La Habana o Unidos de Sarria. Esta última se encontraba en Buenos Aires. El primer colectivo permitió construir las escuelas de Ferreiros, Lavandeira-Biville, Louseiro y Santiago da Veiga.

 

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