El precursor del adoquín de Rivera

Si el exlíder de Cs se creía innovador por exhibir un adoquín en el debate electoral se equivocaba. En Láncara, su alcalde, Darío Piñeiro, ya había acudido a un pleno en el año 2014 con un trozo de hormigón. "Este non inventou nada, xa o inventara eu", reivindica
Darío Piñeiro, en el salón de plenos de Láncara mostrando un trozo de hormigón. PORTO
photo_camera Darío Piñeiro, en el salón de plenos de Láncara mostrando un trozo de hormigón. PORTO

En política casi todo está inventado. El golpe de efecto de Albert Rivera exhibiendo un adoquín en el debate electoral previo a los comicios generales del pasado domingo, que tantos ríos de tinta hizo correr y tantos memes provocó, tiene su precedente en el concello de Láncara, de poco más de 2.600 habitantes, cuyo alcalde, el socialista Darío Piñeiro, ya puso en práctica este método hace cinco años, estando en la oposición, para llamar la atención sobre la ejecución de unos trabajos.

Fue en diciembre de 2014 cuando, al pasar por la parroquia de Ronfe de camino a un pleno, tuvo la inspiración de parar a recoger un trozo de hormigón de una obra de saneamiento que realiza el Concello y con la que venía siendo crítico porque "rompía a cachos pola pouca resistencia".

"Recordo perfectamente o sitio onde o collín", explica Piñeiro, que metió el hormigón en el coche y lo llevó consigo al salón de sesiones. Lo guardó debajo de su asiento y, en el turno de ruegos y preguntas, lo sacó a relucir. "Pregunteille ao alcalde (por aquel entonces el popular Eladio Capón) pola obra dos tubos de saneamento. Dixo que quedara moi ben e saqueille o formigón", señala. Según su versión, fue en ese momento, cemento en mano, cuando le respondió: "Como ía quedar ben se rompeu todo en cachos? Aquí lle traio un para que o vexa".

EL DEBATE. Darío Piñeiro fue uno de los millones de ciudadanos que, el pasado día 4, siguió por televisión el debate electoral de los cinco principales candidatos a las elecciones generales. En el momento en el cual el hasta hace unos días líder de Ciudadanos sacó a relucir un adoquín, el alcalde de Láncara no pudo menos que recordar aquel pleno del año 2014 y confiesa que le hizo "gracia" la coincidencia.

Tentado estuvo de mandarle un mensaje a sus compañeros de partido en Láncara, pero lo dejó pasar. No le hizo falta, porque uno de los concejales de su equipo, Pablo Rivera Capón, también estaba en su casa diciendo que "iso xa o inventou Darío".

No fueron los únicos a los que les vino a la memoria el episodio vivido en el salón de plenos. Según le comentó después una funcionaria del Concello, ella también pensó esa noche que el adoquín de Rivera "non era nada novedoso para Láncara".

Piñeiro confiesa que le hizo "gracia" la coincidencia y que ambos buscaban "chamar a atención" sobre algo que veían incorrecto

EXALCALDE. Tampoco se olvidó de aquel capítulo el exregidor Eladio Capón, quien lleva varios años apartado de la vida política. "Darío trouxera ao pleno un pedazo de formigón dunha taxea en Ronfe diciendo que levaba pouco cemento", narra Capón, según el cual el socialista le llevó el hormigón hasta depositarlo en la mesa desde la cual presidía el pleno y él se lo devolvió a su puesto con la advertencia "de que non o volvera facer, que non llo permitía máis".

Para Eladio Capón, la conducta de Piñeiro "estivo máis que fóra de lugar" y la de Albert Rivera "tres cuartos do mesmo". "Non o vexo correcto, paréceme unha tontería e dun nivel político moi baixo", sostiene el exalcalde.

Tras opinar que "o que pasa en Barcelona é unha vergoña nacional", Capón considera improcedente utilizar este tipo de objetos con fines políticos. "Se lle dera deputados... pero fíxate onde marchou", reflexiona, en alusión a la retirada de Rivera.

Por su parte, Piñeiro tampoco oculta que tanto en su caso como en el del exlíder de Ciudadanos el objetivo que se perseguía era el mismo: "Chamar a atención; eu porque se facían mal unhas obras e el porque se xestionaba mal o de Cataluña". Sobre el conflicto catalán, el regidor lancarés prefiere "non opinar" porque asegura ser "radical" en este sentido. "É moi diferente ir cunha papeleta a arrancar un adoquín. Un foi excesivamente duro (en referencia al expresidente Mariano Rajoy) e outro brando (por Pedro Sánchez)", manifiesta.

Pese a la coincidencia sobre el uso de este tipo de elementos para poner el foco sobre una problemática, Darío Piñeiro se muestra muy distante ideológicamente de Albert Rivera. "Posiblemente noutros tempos el estivese máis á esquerda. Pero eu quedei e el virou", concluye el alcalde, convencido de que el futuro político de ambos sí que será diferente.

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