Casi cuatro años después de la entrada en servicio de la variante de A Pobra de San Xiao (en abril de 2018) no quedan restos de las vías del tren en la capitalidad lancaresa. Los trabajos se centran ahora en un primer acondicionamiento de los terrenos que en su día ocupó el ferrocarril con el fin de que los vecinos puedan utilizarlos como zona de paseo.
El Concello ha aprobado de forma definitiva un plan especial para la integración de las estructuras ferroviarias en la trama urbana de A Pobra. Contempla varias medidas que cambiarán el aspecto de la localidad, pero cuya puesta en marcha precisa un desembolso de dos millones de euros.
Entre esas actuaciones figura la creación de una senda verde peatonal y un carril bici en los antiguos terrenos de la vía, a lo largo de un kilómetro, entre los dos pasos a nivel. Es un proyecto ambicioso para el cual el Concello no dispone de momento de fondos. No obstante, tiene en ejecución unas tareas previas de acondicionamiento para permitir el uso y disfrute de este céntrico espacio.
"Aí pódense facer infinidade de cousas, dende poñer bancos e mesas ata acondicionar parques... Estamos facendo unha pequena actuación para que a xente poida gozar xa deses terreos e pasear por eles agora que vén o bo tempo", explica el alcalde, Darío Piñeiro, quien asegura que "xa se nota un cambio total despois de limpar".
Estos trabajos comenzaron en enero con ayuda de maquinaria de la Diputación, encargada de retirar restos y explanar el terreno. Ahora continúan con fondos propios y máquinas del Concello que, durante al menos dos semanas más, se ocuparán de extender una capa de arena sobre la cual caminar. "Estamos facendo con medios propios o máis fundamental, que é que a xente poida pasear pola antiga vía", señala Piñeiro.
Otro de los objetivos del Concello es dar a la conocer a los vecinos las propiedades que fueron adquiridas a través de una expropiación pactada con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), por la cual pagó 111.600 euros, de los que la Diputación Provincial aportó 75.000.
La compra no solo incluye los terrenos de la vía férrea sino también la estación de tren y varios edificios más. "Estamos intentando darlle un pouco de uso á estación para que a xente a coñeza, que saiba que é do Concello e se vaia familiarizando con ela", afirma el alcalde. Por ello, fue el lugar elegido para la celebración del día de Reyes o del Carnaval.
La intención del Ayuntamiento es solicitar una ayuda de fondos europeos para la conservación del edificio. La idea inicial era trasladar allí las oficinas municipales pero "custa moito diñeiro", por lo que previsiblemente servirá para acoger algunos departamentos como el de servicios sociales.
El regidor se reunirá con la titular de Infraestruturas, a la que pedirá financiación para construir una rotonda para enlazar con la LU-546
La estación está protegida por Patrimonio, al igual que el antiguo cargadero, para cuya rehabilitación el Concello ha pedido una subvención, en este caso a la Xunta. También gozan de protección el depósito de agua y una pequeña construcción anexa a este último, que serán conservados.
Otro inmueble vinculado al tren e incluido en la compra ya fue derribado dado que era de ladrillo y no tenía ninguna función actualmente. Queda todavía uno más, prefabricado de hormigón, que será trasladado a otro lugar por definir, comentó Piñeiro.
El alcalde ha concertado una entrevista con la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, quien le recibirá el lunes en Santiago. Piñeiro pedirá financiación para construir una rotonda (incluida también en el plan especial del tren en A Pobra), en la salida hacia Lugo por la LU-546, con un coste estimado en 300.000 euros. Además, según avanzó, demandará la continuación de la senda urbana de Valdriz hasta Ariz.
