La pandemia fue un punto y aparte con respecto a las viviendas de uso turístico, que experimentaron un crecimiento "sin precedentes", tal y como explican muchos hoteleros e inmobiliarias de la localidad sarriana, que dicen que desde que los peregrinos volvieron a calzarse las botas de montaña para poner rumbo a Santiago, la villa ha ido experimentando grandes cambios, tanto a la hora de elegir alojamiento como a la hora de vender y comprar pisos. Y es que Sarria ya registra cerca de 90 viviendas de uso turístico según el registro de empresas y actividades turísticas de Galicia, donde contabilizan 2.800 en toda la provincia.
El bilbaíno Iker Trevijano, que lleva casi diez años gestionando el albergue A Credencial en la Rúa do Peregrino, probó suerte con los pisos vacacionales hace ya cinco años, cuando compró diez viviendas turísticas en un mismo bloque de apartamentos del centro de Sarria, donde tiene una capacidad media de entre dos y ocho personas por alojamiento.
"Mi objetivo era simplemente ampliar la oferta hotelera y vi que este mercado estaba despegando, así que me pareció una buena opción", afirma Iker Trevijano, que asegura que muchos peregrinos buscan nuevas ofertas hoteleras, por lo que es importante adaptarse. Eso sí, "sin perder la esencia", dice el bilbaíno, que cree que el aumento de la oferta es una buena oportunidad para que el resto de alojamientos, ya sean albergues, pensiones, hoteles, apartamentos, casas de turismo rural o incluso cámpings sigan en activo.
El perfil del viajero. Después de varios años compaginando el albergue con los pisos, Iker Trevijano sostiene que el perfil del cliente, aunque es similar, presenta ciertas diferencias. "El albergue es la esencia de la ruta jacobea, porque el principal valor que defiende es el de compartir con los demás, pero los pisos también están bien para aquellos que buscan más privacidad, algo que se ha empezado a valorar más desde la pandemia", lo que también se nota en la diferencia de precios.
Iker también sostiene que los jóvenes prefieren lugares en los que puedan compartir historias y experiencias con otras personas a menores costes, mientras que el público más adulto se decanta ahora más por apartamentos y pisos para ellos solos. "La competencia es buena y lo que hemos hecho con los pisos es abrir un nuevo nicho de mercado", dice el bilbaíno.
Poco después del dueño de A Credencial fue Daniel López, natural de Sarria y gerente de DP Cristal, que decidió ampliar también su oferta hotelera comprando cuatro pisos de uso turístico en la villa, aunque en su caso, repartidos en diferentes edificios. El sarriano considera que la diferencia entre unos viajeros y otros es "mínima", aunque dice que también reciben a muchos veraneantes.
Ellos piensan que llegaron en "el momento justo", ya que, en vistas a un futuro, creen que no será necesario seguir haciendo e invirtiendo más dinero en viviendas turísticas, porque podrían caer en el peligro de contar incluso con más plazas que usuarios.
El mercado inmobiliario. Desde el punto de vista de las inmobiliarias, como en el caso de Moreno Inmobiliaria, aseguran que el auge de los pisos turísticos también se ha traducido en cambios importantes en el mercado, porque en los últimos años han notado que muchos de sus clientes buscaban comprar pisos con fines empresariales, aunque también reconocen que a su vez, el boom turístico ha dificultado el encontrar pisos de alquiler de larga estancia, por lo que en muchos casos cuentan con listas de espera de tres a seis meses.
Desde la inmobiliaria Nova Finca afirman que a menudo reciben llamadas de personas interesadas en buscar alojamientos durante pequeños periodos, y aunque creen que lo cierto es que estos tienen "su parte buena y su parte mala", también cuentan con ofertas de compra de bloques enteros con fines de uso turístico, por lo que han percibido un cambio sustancial, en especial a raíz de de la pandemia, en lo que respecta al ámbito de la compraventa de viviendas en Sarria, donde el Camino ha ido marcando el ritmo del mercado inmobiliario.