Piden tres años para O Alemán por estafar con un coche a un extremeño

El acusado niega haber tenido contacto alguno ni con el comprador ni con el coche, que tenía 200.000 kilómetros de más

Javier Álvarez, en el banquillo de los acusados. JORGE LÓPEZ
photo_camera Javier Álvarez, en el banquillo de los acusados. JORGE LÓPEZ

"Lo llamé más de 30 veces por teléfono. Era muy complaciente, hablaba muy suave y me decía que no me preocupara de lo que diga la gente, que disfrutara del coche", explicaba este lunes ante la jueza un extremeño de Don Benito. Fue a caer en Lugo porque, según dice, quien le vendió el Mercedes del que se suponía que tenía que disfrutar es Javier Álvarez, conocido como O Alemán de Sarria, y lo hizo en las circunstancias que suelen rodear las ventas de este personaje: el vehículo tenía 300.000 kilómetros en lugar de los 94.000 que marcaba, había sido matriculado un año antes de lo que decían los papeles, las llantas estaban rajadas y soldadas, los xenón eran piratas, tenía fallos de refrigeración...

O Alemán, en la actualidad en libertad condicional tras haber pasado una temporada en prisión por su implicación en otra investigación por venta de vehículos trucados en la que hay más de 30 víctimas, se sentó este lunes de nuevo en el banquillo de los acusados para enfrentarse a una petición de tres años de cárcel por parte de la Fiscalía. Si es condenado, la indemnización al denunciante podría superar además los 10.500 euros, entre la diferencia por el valor real del coche y los gastos de reparación posteriores.

Con un aspecto muy cambiado desde sus últimas apariciones judiciales, O Alemán mostró sin embargo constancia en sus métodos de defensa: ni es su firma la que aparece en el contrato, ni hizo él esa venta, ni ha hablado nunca con el comprador ni ha visto el coche en cuestión en toda su vida. Si dicho coche, un Mercedes CLS 320 CDI que se ofertaba a través de una web, salió del concesionario que el tenía en Sarria sería, según se defendió, porque lo vendió otra empresa que casualmente está en las mismas instalaciones, dirige su mujer y de la que él era apoderado, pero con la que no tenía nada que ver "por problemas familiares".

No se pudo saber mucho más al respecto porque se negó a responder a preguntas del abogado de la acusación porque "me está enredando", aunque sí le aclaró a su propia abogada que él vendía siempre sus coches de segunda mano "según venían. Si venían ya manipulados no lo sé, yo no los manipulo porque creo que eso es bastante complicado de hacer. Hasta la Guardia Civil ha registrado de arriba a abajo mi concesionario buscando aparatos para hacerlo y no encontró nada". Su defensa solicitó, por supuesto, la libre absolución.

Sus explicaciones, sin embargo, no acabaron de convencer ni a la acusación particular ni a la Fiscalía, que mantuvo su petición de tres años. De no ser porque se había suspendido previamente, esa misma fiscal aún habría solicitado otro año y medio más por otra estafa similar en un juicio que estaba previsto que se juzgase justo después de este. En ese caso es un Mercedes Clase A 170; el marcador reflejaba 74.000 kilómetros, la mitad de los que tenía.

Comentarios