El concello de Sarria tendrá un nuevo taller de empleo financiado por la Xunta de Galicia cuya actividad se centrará en acometer mejoras en el Camino de Santiago a su paso por la localidad, desde la Escalinata Maior hasta la Ponte da Áspera.
Los trabajos afectarán también a los muros del campo de la feria y del cementerio municipal, así como a los depósitos de agua. Además, los alumnos de este taller se encargarán de mejorar la seguridad de los peatones en la bajada hacia la Ponte da Áspera desde el entorno del monasterio de La Magdalena, estableciendo para ello una separación entre el itinerario del tráfico rodado y el de peregrinos y demás viandantes.
La primera intervención prevista afecta a la denominada Escalinata del Peregrino, que da acceso al casco histórico de Sarria. Según consta en el proyecto, se procederá a la limpieza y mantenimiento de la escalera en su conjunto y a la reparación de piezas de cantería en peldaños y tramos intermedios, "sustituyendo las piezas no recuperables por otras de tallado manual nuevas de idénticas características", de modo que "no se altera la estética original".
El Camino Francés discurre también por las proximidades del campo de la feria, de ahí la necesidad de poner en valor este espacio. El taller de empleo se encargará de limpiar el muro de cierre del recinto, reconstruyendo algunos tramos con riesgo de desplome.
De igual modo, actuará sobre los depósitos municipales de agua potable, construidos en los años 1921 y 1958, y reformará la escalera de acceso al campo de la feria "con piezas nuevas de granito de la zona, con idénticas características a las originales".
En el caso del muro de cierre del antiguo cementerio, su deterioro urge una pronta restauración debido al peligro de derrumbe. Para ello, se harán trabajos de limpieza, mantenimiento y reconstrucción en los tramos en los que sea necesario, además de colocar mampostería de piedra de la zona en la coronación del muro para impedir entradas de agua.
Tanto en la bajada que va paralela al cementerio municipal, como en el tramo que resta hasta llegar a la Ponte da Áspera, se plantea delimitar una zona exclusiva para el tránsito peatonal con una anchura de 1,75 metros a base de piedras de pizarra de la zona, tal y como existe en el exterior del monasterio.
Esta medida (que afecta a unos 800 metros cuadrados) tiene como objetivo aportar seguridad al paso de peregrinos y demás caminantes toda vez que estos tramos registran un tráfico rodado muy fluido por la entrada y salida de alumnos del colegio de La Merced.
Además, el descenso del Camino Francés paralelo al cementerio municipal no solo tiene una pronunciada pendiente sino que también resulta resbaladizo.
