Más de 1.500 personas visitaron ya la décima Bienal de Arte de Sarria

La exposición, que reúne 170 obras, se clausura el próximo domingo
Una mujer toma una fotografía de una de las esculturas expuestas en la Bienal de la antigua prisión. D.M.P.
photo_camera Una mujer toma una fotografía de una de las esculturas expuestas en la Bienal de la antigua prisión. D.M.P.

La décima edición de la Bienal de Arte de Sarria encara su recta final. Durante casi un mes, fue un reclamo para la villa, congregando a más de 1.500 personas hasta el momento. El próximo domingo termina la exposición en sus sedes de Sarria, mientras que en Triacastela lo hará el lunes. 

Los horarios de visita son de 10.00 a 13.00 y de 15.00 a 19.00 horas en la antigua prisión. En Triacastela es de 9.00 a 14.00 en Fonte do Lunar. También se puede ver en el monasterio sarriano de La Magdalena, en función de las ocupaciones de los frailes.

El domingo habrá un acto de clausura a las 18.30 horas en la antigua prisión, al que acudirán los organizadores y el regidor, Claudio Garrido, entre otros.

"Estamos muy contentos por el éxito obtenido", señala la presidenta de la Bienal, Florence Normier. Ejemplo de ello es la llegada de tres franceses que acudieron a Sarria "explícitamente" para ver esta exposición que reúne 170 obras de artistas de 17 países.

Entre los visitantes "hubo muchos peregrinos", turistas y sarrianos. El interés por la muestra generó que Normier tuviese que escribir un pequeño texto explicando el origen de la misma y la temática de este año, en honor al fundador, José Díaz Fuentes, o los argumentos de las creaciones. 

La exposición recibió a numerosos peregrinos, además de turistas y sarrianos, que mostraron su satisfacción por la muestra

La presidenta destaca que las obras de la comisaria de la Bienal, Mina Vrillet, que tratan sobre el exilio y el desplazamiento de migrantes, fueron algunas de las que más gustaron. Normier subraya "la originalidad" en la disposición de los trabajos. En el caso de las exposiciones de Sarria forman "un diálogo" entre ellas, lo que hace que "funcionen muy bien". Por su parte, en Triacastela el espacio es una "sala más pequeña, y está incorporada dentro de un entorno de naturaleza que la rodea".

Un grupo de tres jóvenes de Fisterra, Muxía y Coruña que realizan el Camino desde O Cebreiro pararon a ver la Bienal, que fue de su agrado. Agradecieron encontrarse con "algo diferente", puesto que mientras recorrían el trayecto jacobeo observaron varios edificios religiosos que se "atopaban pechados". En cuanto a las preferencias, fueron dispares. Mientras que uno disfrutó más de las obras de Vrillet, a otro le gustaba la zona donde expone Mocas.

Otra mujer, procedente de Madrid y de vacaciones en Sarria, explica que "le gusta" la disposición de las obras y, sobre todo, "los diferentes tonos" de las salas.

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