Láncara encarga el proyecto para reconstruir la pasarela del área fluvial de A Pobra

Un informe técnico concluye que el puente peatonal, cerrado desde verano, presenta fallos estructurales

La pasarela fue cerrada con tablas y cintas. VÁZQUEZ RIVAS
photo_camera La pasarela fue cerrada con tablas y cintas. VÁZQUEZ RIVAS

El Concello de Láncara ha encargado un proyecto para reconstruir la pasarela de madera del área fluvial de A Pobra de San Xiao, la cual fue cerrada el pasado verano como medida de seguridad al detectarse que se estaba deformando en algunas partes.

La existencia de problemas estructurales fue confirmada por un informe técnico solicitado por el Ayuntamiento, el cual concluye que existe "un movimiento excesivo de la plataforma" y "un giro excesivo por alabeo de las vigas principales". Este informe propone una solución estructural, para cuya ejecución el gobierno que preside Darío Piñeiro ha encargado la redacción de un proyecto.

La pasarela es un puente peatonal de madera sobre el río Neira, construido entre 2010 y 2012, que sirve de comunicación entre la urbanización de Valdriz y el núcleo urbano de A Pobra de San Xiao.

Esta pasarela fue arrastrada por una crecida hace varios años y era usada por algunos bañistas para lanzarse desde ella al agua

Tras varios años en servicio, en verano se cerró al tránsito de peatones al detectarse defectos técnicos. Una vez adoptada esta medida de prevención, la junta de gobierno acordó el 19 de septiembre contratar un informe pericial sobre la patología del puente y las posibles actuaciones.

El informe tiene como fin describir técnicamente los problemas estructurales y realizar una propuesta de reparación. Según señala, en la propia inspección visual se ha observado una deformación o alabeo en las vigas principales, así como movimientos excesivos en el vano central al cargarlo con el tráfico peatonal, dos problemas relacionados entre sí y confirmados por las pruebas realizadas.

Como solución, el estudio propone colocar marcos de estructura metálica como arriostramientos, espaciados cada 2,5 metros, al ser este un método "económico y rápido de ejecución", que permitirá resolver "tanto el giro lateral de las vigas como las deformaciones actuales de las mismas".

Esta pasarela fue arrastrada por una crecida hace varios años y era usada por algunos bañistas para lanzarse desde ella al agua.

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