La iglesia de Santa Cruz do Incio está siendo sometida desde hace solo unos días a unas obras de rehabilitación financiadas por la Consellería de Cultura y Turismo con un presupuesto cercano a los 130.000 euros.
Los trabajos, que eran muy demandados, supondrán la renovación de la cubierta para evitar filtraciones de agua, el acondicionamiento de la zona de la sacristía y la construcción de una nueva escalera de acceso a la torre, además de mejoras en la instalación eléctrica y la accesibilidad al templo.
La restauración de esta iglesia era un compromiso adquirido ya en 2016 por el conselleiro de Cultura a petición del exalcalde de O Incio y en aquel momento diputado autonómico, Ángel Camino.
Las obras salieron a licitación por primera vez en 2018, pero quedaron desiertas en un primer concurso al no presentarse ninguna empresa. La Xunta inició de nuevo el procedimiento el pasado mes de mayo y, finalmente, adjudicó esta rehabilitación en septiembre a la firma Resconsa, con un plazo de ejecución de cuatro meses. El contrato contempla algo más de 52.000 euros en esta anualidad y unos 77.000 durante 2020.
Las obras comenzaron la pasada semana con los preparativos previos como la retirada de enseres de la sacristía. Según el regidor, Héctor Corujo, el grueso de la actuación, consistente en la sustitución de la cubierta, se acometerá previsiblemente a mediados de enero siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.
La intervención en este singular edificio tiene como fin evitar filtraciones de agua, mejorar el aislamiento térmico y hacer más accesibles los espacios públicos. Además, se construirá una nueva escalera para subir al campanario, la cual quedó provisional en el momento de la inauguración, en 1963. Así, entró en servicio con unas escaleras de mano de madera que habían sido empleadas en la obra y que fueron sustituidas más tarde por otras metálicas que llegaron hasta la actualidad.
La iglesia de O Incio fue proyectada por el reconocido arquitecto José Luis Fernández del Amo y tuvo un coste de 600.000 pesetas. Cinco vecinos y el párroco, Argimiro López, formaron una comisión encargada de recaudar los fondos necesarios para el templo, construido con materiales de la zona como pizarra, piedra y mármol. En su diseño colaboraron también el escultor José Luis Sánchez Fernández, Pepus (autor de la imagen de la Virgen Dolorosa, la cruz procesional y el sagrario), el vidriero José Luis Gómez Perales y los hermanos Atienza.
