El lucense cuenta que pasó unos cinco años leyendo y ordenando la documentación y buscando en los archivos, trabajo que no quiso que quedara en un cajón, por lo que lo acerca a todos a través de la web casadebatallon.wordpress.com. Se trata "más bien de una visión de la casa como residencia de una familia" a lo largo de cerca de dos siglos, pero al mismo tiempo descubre cómo se vivieron hechos históricos en el municipio tales como la guerra carlista. "Me parecía interesante para mí y mi familia, pero también es historia de Sarria", apunta Pérez-Batallón, quien asegura que cada paquete con documentos que hallaba era "como un mundo" y "te empiezas a enamorar del pasado".
Poco a poco fue metiéndose en ese universo, reconstruyéndolo a través de 70 capítulos y elaborando un árbol de familia. "No había oído hablar de ellos, ahora son como amigos íntimos", señala sobre unos antepasados que fue descubriendo.
A la casa de Batallón pertenece la Torre da Fortaleza, el único resto que se conserva de la vieja fortificación, por lo que los documentos también permiten hallar alguna curiosidad sobre este bien. Que se conserve hoy esta torre se debe a Manuel Pérez Batallón, la persona con la que nació la casa de Batallón y que dejó escritos como si se tratara de unas memorias.
Este hombre era natural de Montán (Samos) y fue nombrado en 1831 por el rey Fernando VII corregidor de las villas de Sisante y Vara, en la provincia de Cuenca. En plena guerra carlista regresó a su tierra y en 1836 alquiló para vivienda y estudio la conocida como casa del Catedrático, que es hoy la casa pequeña de los Batallón. El abogado acabó comprando este inmueble y construyó otra vivienda anexa.
Pérez-Batallón va describiendo en su estudio la vida de su antepasado a través de cartas manuscritas, con las que construye la historia de este sarriano, quien llegó a ser perseguido y en 1861 fue nombrado registrador de la propiedad de Monforte de Lemos, trasladándose a esta localidad hasta su muerte en 1870.
la fortaleza. A raíz de un pleito para ampliar la huerta de la casa se hace referencia a la fortaleza en algunos documentos. Manuel Pérez mantuvo un litigio por unos terrenos con Felipe López -propietario de la parcela en la que se levantaba el antiguo fuerte- y sus herederos. Entre los papeles hallados está un informe pericial que describe el bien y un croquis, unos descubrimientos "increíbles". "Son los documentos históricos más importantes de la fortaleza", destaca Pérez-Batallón, quien aclara que este bien «sale con cuentagotas» entre los escritos, "sobre todo por ese pleito en el que litigaron por un terruño".
El informe pericial, del año 1859, indica que "esta fortaleza situada en punto elevado en la cumbre del pueblo tocando al campo de la feria es de figura circular y sus muros de bastante espesor hechos de pizarra y con mortero común uniendo de trecho en trecho cubos circulares y cuadros de sillería". Esto sugiere, señala, que la cara interior del muro de la Fortaleza "estaba jalonada de cubos de planta circular dotados de puertas que harían las veces de estancias o almacenes para usos variados», lo que supone «cierta similitud» con la torre que se conserva, que es de "planta circular y tiene un amplio espacio útil en su interior que ha sido utilizado para guardar ovejas, y que se cierra con una puerta que da al patio".
Javier Pérez-Batallón considera que la fortaleza era de forma circular por un plano obra de Francisco Coello y la descripción efectuada por los peritos judiciales en 1859. Por una declaración testifical de esos años se desvela que la puerta principal de la fortificación estaría "frente a la casa del Catedrático, separada por el foso y contrafoso". A esa entrada se accedería a través de una calzada de piedra que iría desde la actual Rúa da Mercede, lindando en ese primer tramo con el muro que cerraba el huerto de Batallón, el cual se asentaba sobre la propia calzada. Esta seguiría hacia la puerta de la fortaleza salvando el foso y contrafoso "con un puente de arcos que aparentaban ser una alcantarilla o desagüe", según recoge Pérez-Batallón. En el lugar en el que se ubica la puerta principal se conserva lo que parece la jamba derecha, indica.
Su antepasado quiso conservar el único resto que se mantenía en pie de la antigua fortaleza, la torre, que arregló. Construyó una escalera de acceso con dos escudos de las familias Osorio y De Castro, rescatados de las ruinas, convirtiéndolo así en un mirador para la familia. La construcción, que es Bien de Interés Cultural (BIC), se mantiene en lo alto de Sarria, convertida en todo un símbolo de la villa.
