El gobierno programa abrir en otoño la piscina tras seis años de espera

▶ La infraestructura sarriana se pondrá en marcha solo para natación con un contrato menor

▶ El Concello dedicará 33.000 euros a la incorporación de socorristas y adquisición de material

El edificio de la piscina está finalizado desde 2013 y las calderas se colocaron tres años después. VILA
photo_camera El edificio de la piscina está finalizado desde 2013 y las calderas se colocaron tres años después. VILA

El gobierno sarriano se plantea abrir al público en otoño la piscina cubierta, cuyo edificio se encuentra rematado desde abril de 2013, aunque no fue hasta el año 2016 cuando se instalaron las calderas para calentar el agua.

La puesta en marcha de estas instalaciones se hará, según informó el alcalde, Claudio Garrido, mediante un contrato menor, que en principio durará hasta final de año. La intención es tramitar al mismo tiempo la futura fórmula de gestión de la piscina, lo que requiere un proceso más complejo de elaboración de pliegos.

En principio, la infraestructura deportiva abrirá solo para natación, completándose más adelante con otros servicios como el de gimnasio. La idea es tenerla operativa a finales de septiembre o principios de octubre, durante unas 40 horas semanales, para lo cual habrá que aprobar previamente una ordenanza fiscal de tarifas para su uso, que el gobierno prevé llevar a pleno este mes.

La piscina cubierta se abriría al público en otoño solo para practicar natación

El viernes también se abordará en sesión plenaria una modificación de crédito, en la que se incluyen dos partidas que suman 33.000 euros. Estas cantidades se destinarán a la contratación de los socorristas y la adquisición del material necesario para poner en marcha la piscina, como productos de limpieza o suministros para las calderas de biomasa.

El Concello se encargará de cobrar las tarifas y destinará personal propio al edificio para que controle los accesos de los usuarios.

Según el grupo de gobierno, la apertura de la piscina resulta urgente porque "la maquinaria se estropea por falta de uso y porque es un servicio que la gente demanda desde hace mucho tiempo".

El recurso del contrato menor servirá para testar el estado de esa maquinaria, que lleva años instalada en la piscina, así como el interés de los sarrianos por hacer uso de este servicio. De cara al futuro todavía queda una tramitación amplia hasta cerrar el modelo de gestión, bien sea directa (como proponía el anterior gobierno) o mediante una concesión.

Por el momento, será necesario solventar otra traba para la apertura que se plantea este otoño. Y es que había un convenio con la Diputación del año 2016 por importe de 40.000 euros para instalar un transformador que diese suministro a la piscina, acuerdo que, según Garrido, caducó sin llegar a hacerse la obra, por lo que habrá que negociar con Fenosa.

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