El fruto de un proyecto pionero

La Granxa de Barreiros, con ocho décadas de trayectoria en Sarria, tiene una huerta de 4.000 metros cuadrados que produce en ecológico desde hace años y vende a tiendas especializadas
Carlos Díaz, quien se encarga del cuidado de la huerta, con su particular sistema de riego. VILA
photo_camera Carlos Díaz, quien se encarga del cuidado de la huerta, con su particular sistema de riego. VILA

La huerta es uno de los puntales de la Granxa de Barreiros, el proyecto de educación ambiental nacido en Sarria hace ocho décadas fruto de la preocupación de Antonio Fernández López. Entre otras muchas iniciativas, este empresario y filántropo promovió la creación de huertos en las escuelas públicas de la provincia, de ahí que no sea de extrañar que la granja por él fundada en la parroquia de Ortoá contase desde sus inicios con este recurso.

Desde hace ya unos años, la huerta de la Granxa de Barreiros cultiva solo en ecológico y vende para una docena de tiendas especializadas, en su mayoría de Sarria y Lugo, además de servir a algún establecimiento de hostelería local sus productos, "todos eles moi frescos e recén recollidos".

Quien así se expresa es Carlos Díaz Díaz, a quien avalan 32 años de trayectoria laboral en la Granxa de Barreiros. Se ocupa de trabajar la tierra, sembrar, recoger y transportar las hortalizas que nacen en unos terrenos de unos 4.000 metros cuadrados, con varios invernaderos, para lo cual cuenta con la ayuda de otra persona.

Tomates, lechugas, puerros, zanahorias, acelgas, cebollas, calabazas o pimientos son mimados por Carlos, quien compagina esta labor con sus viñedos en la zona de Amandi. Según cuenta, se trata de productos muy apreciados por los consumidores, que valoran su tratamiento ecológico.

"Só se utiliza o estrume dos animais que hai na granxa: 60 ovellas, pitas e un cabalo. Tamén temos ovos ecolóxicos, que son moi demandados", explica.

Por fortuna, los terrenos de la Granxa de Barreiros disponen de un pozo propio con agua abundante, que hace que la huerta no sufra los efectos de la sequía. "Pero tampouco se abusa da auga", puntualiza el trabajador, quien no solo recurre al "imprescindible" riego por goteo sino que utiliza desde hace años un particular sistema: "É unha ducha dunha piscina que utilizo como regadeira colocada na punta da mangueira, o que permite regar mellor e consumir menos", dice Carlos Díaz.

Antes de la pandemia, la Granxa de Barreiros organizaba con frecuencia campamentos para niños y niñas, quienes disfrutaban del contacto directo con los animales y del cultivo de sus propios huertos. Con la llegada del coronavirus, estas y otras actividades educativas quedaron suspendidas, pero la huerta ecológica continúa su producción y surte también al colegio Fingoi de Lugo de productos de temporada.

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