La fábrica de la luz que no alumbró

Hace 80 años un vecino promovió en Triacastela la construcción de una central eléctrica, aunque solo llegó a funcionar en pruebas ► Derrumbes en el canal llevaron a que no entrara en servicio y las instalaciones quedaron abandonadas, siendo víctimas de los ladrones
Del edificio solo quedan las paredes y una máquina. PORTO
photo_camera Del edificio solo quedan las paredes y una máquina.

Hace ocho décadas, allá por los años 40, la localidad de Triacastela vio nacer su primera fábrica de la luz, que, a causa de derrumbes, nunca llegó a entrar en servicio, solo funcionó en pruebas. Hoy todavía queda el recuerdo de ese proyecto, cuyas instalaciones acabaron abandonadas, derrumbándose y siendo víctimas de los ladrones.

La vieja planta fue construida por el vecino Jesús Pardo Neira. Este contaba con un molino, que tenía "unha dobre función, de muíño e de central eléctrica", recuerda Pedro Pardo, hijo del promotor. Entonces decidió crear la fábrica de la luz "para aumentar a oferta" porque el molino "daba pouca potencia, sobre todo no verán, que tiña pouca agua o río".

Por lo tanto comenzaron las obras de las nuevas instalaciones, que llevaron "bastante tempo" al no disponer de los avances de hoy en día y tener que transportar el material con carros tirados por bueyes. "Houbo algún carreto feito con camión, naquela época había un veciño que tiña un, pero serían ata o muíño porque máis alá non podía pasar o camión", cuenta Pardo. Sin embargo, el molino y la fábrica estaban todavía separadas por varios cientos de metros. Desconoce si también su padre podría haber empleado alguna carroceta, pues posteriormente se utilizaron en la zona para sacar madera.

derrumbes. Las obras supusieron la construcción de la fábrica y un largo canal de conducción del agua de unos 500 metros de longitud paralelo al camino de San Mamede, desde las inmediaciones del molino. Además, junto a estas instalaciones levantaron un edificio para albergar un transformador. En el canal es donde surgieron los problemas, ya que en dos ocasiones tuvieron lugar derrumbes en años sucesivos y fueron los que llevaron a que no entrara en servicio.

En Triacastela, junto al río Oribio, se encuentra un molino que fue precedente de la fábrica de luz. Este inmueble tenía una doble función, ya que trabajaba tanto como molonio como central Las
En Triacastela, junto al río Oribio, se encuentra un molino que fue precedente de la fábrica de luz. Este inmueble tenía una doble función, ya que trabajaba tanto como molino como central eléctrica. Las instalaciones comenzaron a producir electricidad alrededor de los años 20 del siglo pasado. LP

 

"Feitas as primeiras probas produciuse a primeira barronca", afirma. Por ello, Jesús Pardo lo reconstruyó, si bien ocurrió un segundo desprendimiento en el mismo lugar, "volvendo desfacer o canal, non chegaba auga á fábrica e había que facelo de novo".

El empresario decidió no seguir ni invertir nuevos fondos en las instalaciones, pues se trataba de un lugar en el que era difícil ejecutar las reparaciones. "Entre outras cousas non se cobraban a maior parte dos recibos da luz, non era un negocio moi rentable", señala su hijo. Jesús Pardo, añade, terminó cediendo toda la electrificación de Triacastela a una compañía eléctrica, Fenosa.

La fábrica de la luz quedó abandonada y terminaron derrumbándose la cubierta y parte de las paredes. "Sacouse lousa do tellado e acabou caendo", apunta. En las instalaciones se mantenía la maquinaria, pero prácticamente toda ella fue robada. Solo se conserva la turbina, que al estar anclada al suelo los ladrones no se la pudieron llevar. Sí sustrajeron, por ejemplo, el alternador.

RUTA DE SAN MAMADE. Los restos del inmueble se sitúan junto a la ruta de San Mamede, que parte de la capitalidad municipal para finalizar en la capilla de este santo. Nada más empezar el itinerario en la propia localidad de Triacastela, en las inmediaciones del consistorio, los vecinos y visitantes se encuentran el molino que fue precedente de la planta eléctrica.

Paralelo al sendero todavía se puede ver un gran muro, que se trata del canal de la fábrica. Ya de la propia central solo se pueden observar desde el sendero las paredes del inmueble, que están rodeadas de vegetación y los árboles también crecen en su interior. Son los vestigios del duro trabajo llevado a cabo hace 80 años por aquellos que hicieron posible construir la fábrica de la luz.

Bautizada como Eléctrica Tres Castillos
La fábrica de la luz fue bautizada como Eléctrica Tres Castillos, nombre que fue elegido por Jesús Pardo Neira en referencia a la propia denominación del municipio de Triacastela, tal y como indica su hijo.

El topónimo de esta concello procede del latín Tria Castella, que significa tres castillos y hace referencia a la existencia de tres castriños en este territorio, según el coordinador de la unidad técnica de toponimia de la Real Academia Galega, Vicente Feijoo.

En cuanto al origen del nombre, es posiblemente altomedieval, añade, ya que se registra por primera vez en un documento procedente del monasterio de Samos del año 922.

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