El concejal de servicios sociales de Sarria y presidente de la junta rectora de la residencia de mayores, Benjamín Escontrela, y la gobernanta del geriátrico defendieron el miércoles en el juzgado el trato a una residente y negaron cualquier negligencia en su atención. Ambos declararon como investigados tras la denuncia de una familia por presunta intoxicación de la mujer con un medicamento.
Entre otros hechos, los denunciantes sostienen que la anciana estuvo encerrada en su habitación, que se le extravió el móvil y que fue atendida en el Hula por supuesta intoxicación con un fármaco suministrado en el centro.
En su declaración, Escontrela explicó que este caso no fue un ingreso programado, sino un ingreso excepcional por razones de emergencia social, dado que la mujer no tenía red de apoyo y días antes los servicios sociales, a petición de la familia, ya le habían llevado comida a casa. Según dijo, a su llegada se le aplicó el protocolo de aislamiento durante siete días, avalado por Sanidade, e insistió en que en ningún momento estuvo encerrada sino que tuvo "una supervisión continua y constante" por el personal del geriátrico.
Expuso también que la anciana, que solo estuvo seis días en la residencia, ingresó contra su voluntad, hecho comunicado a la Fiscalía, y estaba agitada porque quería marcharse. Añadió que, el día antes de encontrarla postrada y ser llevada al Hula, el médico le pautó un neuroléptico en la dosis mínima eficaz que, según su experiencia, es imposible que cause intoxicación. Escontrela atribuyó el episodio a una infección urinaria y descartó una supuesta intoxicación consignada en el informe al no presentar restos en orina.
La gobernanta ratificó que la mujer no quería ingresar y que el personal se mostró muy pendiente de ella para intentar que se adaptase antes. Indicó que el día que fue trasladada al Hula no estaba presente y que el móvil fue recuperado y está a su disposición.
