El Camino, mejor con el burro Romero

Una familia de París y un amigo sacerdote recorren la ruta jacobea a lomos de un asno

La familia que recorre el camino con un burro. FIDALGO
photo_camera La familia que recorre el camino con un burro. FIDALGO

Los franceses Eléonore y Philippe comenzaron el Camino de Santiago hace ocho años. Emprendieron la peregrinación en compañía de sus cuatro hijos: Emmanuel, que ahora está a punto de cumplir la mayoría de edad; Amélie, que hoy tiene 15 años; Théphile, de 13; y Anastasie, de 9. Desde que empezaron a recorrer el Camino, la familia aumentó, porque a la prole se sumó la pequeña Esther hace tres años.

Hace dos, François, un sacerdote amigo de la familia, se unió a la aventura. Este peculiar octeto salió de Sarria y llegará a Santiago en los próximos días a lomos de un burro alquilado en la villa. Lo hacen así porque el asno "es un animal fácil", dice Amélie.

Aunque, este año, lo que no ha sido sencillo es conseguirlo. La empresa a la que solían acudir, "Los burros del Camino", lo tenía ya todo alquilado. Según cuentan, "no hay problema para conseguir un burro en Francia, pero aquí es muy complicado" y añaden que, además, "no conocemos el país".

Finalmente, gracias a un amigo español que reside en París, dieron con Jesús, un vecino de Sarria que les alquiló a Romero, el burro que les ayudará a recorrer el último tramo antes de conquistar la capital gallega.

La familia y el religioso comenzaron su andadura en la localidad francesa de Le Puy-en-Velay -a unos 1.200 kilómetros de Santiago de Compostela- y cada verano han ido completando un tramo. El año pasado salieron de Logroño y terminaron en Sarria, que en esta ocasión es su punto de partida. Este mes, al fin, llegarán a su meta. Lo harán justo antes de que el primogénito, Emmanuel, que empezó el Camino con nueve años, se haga oficialmente mayor y empiece a ir a la universidad.

Philippe, Eléonore y los niños llegaron a Sarria procedentes de Bourgogne, un pequeño pueblo francés en el que estuvieron pasando las vacaciones. El trayecto, que hicieron en coche, les llevó dos días. Una vez completen el Camino, se irán a seguir sus vacaciones recorriendo Portugal, también motorizados.

Aún no tienen claro qué harán el próximo año, pero suponen que, una vez finalizada la peregrinación, será momento de "buscar nuevas aventuras".

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