"El dinero no era mío y punto"

Sandra Lilian Osorio resta importancia al gesto que tuvo de devolver el fajo de billetes que se encontró en la calle Matías López de Sarria. "Es lo lógico y lo volvería a hacer", asegura la mujer
Sandra Lilian Osorio trabaja en ayuda a domicilio y en el bar de su hermano en la Praza de Galicia. VILA
photo_camera Sandra Lilian Osorio trabaja en ayuda a domicilio y en el bar de su hermano en la Praza de Galicia. VILA

Sandra Lilian Osorio, vecina de Sarria, cuenta que tiene tres trabajos al día, que el dinero no le sobra, pero que una y mil veces actuaría como lo hizo el pasado martes, cuando devolvió una cartilla llena de billetes, que se encontró en la calle Matías López, porque eso es lo correcto.

"Lo tengo clarísimo, el dinero no era mío y punto", afirma la mujer, de 48 años, con una hija y un nieto, quien resta importancia a su conducta porque "cualquier persona con un poquito de sentido es lo lógico que tiene que hacer".

Según relata esta vecina, natural de Cali (Colombia) y residente en Sarria desde hace doce años, cada día sale a pasear con una señora a la que cuida y que tiene una discapacidad, por lo que requiere hacer paradas en el camino.

El martes, sobre las 10.15 horas, ambas se sentaron en un banco junto al Froiz, momento en el que se percató de que debajo había un sobre transparente con una cartilla dentro y un montón de dinero cuya cuantía desconoce.

"Yo ni siquiera abrí la cartilla ni miré cuanto dinero había", explica Sandra, quien simplemente la cogió dispuesta a entregarla en Abanca al ver que pertenecía a esa entidad. Pero, antes, tenía otra gestión que hacer: acompañar a la persona que cuida a tomarse la tensión en la farmacia Rivas, situada a unos metros de distancia. Unos minutos después y tras una breve conversación con su marido para contarle lo sucedido, ambas estaban ya de vuelta en la sucursal para preguntar por la directora y entregar el sobre extraviado.

Sandra Lilian Osorio trabaja en ayuda a domicilio y en el bar de su hermano en la Praza de Galicia. VILA
Sandra Lilian Osorio. VILA

En la ventanilla del banco vio a un hombre mayor, de más de 80 años según sus cálculos, con el que se había cruzado por la calle. "Yo escuché que preguntaba qué podía hacer y la chica le decía que igual se encontraba con alguien de buen corazón. Cuando el señor pasó a mi lado le pregunté si había perdido algo y respondió que una cartilla con todos los cuartos". "¿Será esto?", le dijo Sandra mostrando el sobre. "Se puso a llorar y me entró una angustia... Inmediatamente sacó 100 euros y me los dio", narra la mujer, que no quería aceptar la recompensa porque cree que solo hizo lo que debía. Y eso que cuando su marido "perdió la cartera en el portal de casa con 300 euros se la dejaron en el buzón sin un céntimo dentro".

"Si vuelvo a encontrar dinero u otra cosa que no es mía lo devolvería otra vez", asegura Sandra Osorio, quien no solo cuida a la mujer que acompañaba el martes sino también a otro señor con la empresa Servital. Finalizada su jornada de ayuda a domicilio trabaja también todas las tardes en el bar Barullo, de la Praza de Galicia, que pertenece a su hermano.

"Trabajo mañana, tarde y noche, no me sobra el dinero, me hace muchísima falta, pero no voy a coger algo que no es mío, lo tengo claro", concluye en respuesta a su aplaudida conducta.

Comentarios