Nadia, Bushwra, Jamila, Daia, Ahmed... Son algunos de los nombres de las personas asistentes a las clases de español para extranjeros que ofreció por primera vez este año el Concello de Sarria gracias a la colaboración de una profesora voluntaria y con el fin de derribar la barrera idiomática y facilitar la integración.
María Victoria de Paz Urueña, profesora jubilada y apasionada de la enseñanza, fue la encargada de impartir estas clases, que ella misma propuso al Concello porque le parecía "que era algo que faltaba". Esa inquietud la tenía también la concejala de Educación, Geni Valcárcel, de modo que la propuesta cayó en terreno abonado. Su pusieron manos a la obra y organizaron sesiones de español gratuitas en la casa de la cultura, una hora y media a la semana, a las que asistieron una media de doce a quince personas de Marruecos, Bangladesh y Mauritania.
Tuvieron que dejar su país para buscar trabajo en la construcción, en granjas o cuidando a personas mayores. La mayoría llevan en Sarria entre dos y ocho años, pero en algunos casos apenas salían de casa por las dificultades de comunicación. Por ello, se muestran encantados con estas clases de español, que les ayudan a "aprender, hablar, buscar trabajo o hacer la compra". También a conocerse entre ellos y entablar nuevos lazos. Otra de las ventajas en la que inciden es la puerta que ahora se les abre para "poder hablar con los profesores" de sus hijos o ayudarles a los niños con los deberes.
Facilitar la integración. "Es vital, para ellos y para nosotros. Para facilitar la integración. A su llegada se encuentran con un mundo diferente y no podemos poner otro muro", asegura la profesora. "Yo sé lo difícil que es entender cómo es otra sociedad. Con estas clases no se sienten perdidos y solos", añade Victoria, quien también les ayuda a interpretar documentos oficiales.
"Si viene gente a nuestro país y no nos paramos a preguntarles y hablarles son como fantasmas y, sin embargo, son nuestros conciudadanos. El miedo a lo desconocido puede hacer que nos estemos perdiendo personas maravillosas", insiste.
En su opinión, es necesario profundizar en estos aspectos, por lo que propone, por ejemplo, abrir una pequeña sección en árabe en la biblioteca para que los niños no pierdan su idioma original y puedan aportar esa "riqueza" a su nuevo país.
Además de estas clases, la profesora impartió este curso apoyo en inglés a alumnos de cuarto, quinto y sexto de primaria. En este proyecto con menores participaron también las docentes voluntarias Elena Corujo y María Carmen García. Esta última dio clases de matemáticas, en su mayoría a árabes y dominicanos, y se muestra muy contenta con la experiencia. "Estou satisfeita, o que máis me gustou é que viñeron o primeiro día, empezouse a correr a voz e ao seguinte volveron e para o outro día viñeron outros novos", señala.
Ganas e ilusión. María Carmen puso "corazón, ganas e ilusión" en estas clases, que comenzaba "facendo algo diferente" para incentivarlos y fomentar aspectos como la paciencia. Intentó inculcarles el gusto por las matemáticas y hacerles ver que están presentes en la vida cotidiana. Pero ese día a la semana en que los menores se juntaban para aprender en el IES Gregorio Fernández les ayudó también a "estar contentos" y a "sentirse cómodos", con lo que se alcanza otra importante meta.
Así lo ve también la concejala. "Non é só o que aprenden. Entenden que alguén se preocupa por eles, que alguén se esforza en que avancen. É un tempo que están ocupados e facendo actividades que son moi importantes para o seu futuro e para a súa integración aquí", afirma Geni Valcárcel.
Según dice, estas clases nacieron porque "para moitos nenos é complicado levar o ritmo dos seus compañeiros e, por cuestións económicas, resúltalles imposible ás familias pagar particulares".
De cara al próximo curso, el objetivo es no solo continuar, sino ampliar la oferta, tanto en etapas educativas como en materias. Por ello, la edila anima a los docentes a participar en este proyecto como voluntarios. En un municipio como Sarria, con 1.074 personas empadronadas procedentes de otros países, las clases de español para extranjeros también seguirán en marcha.
"Sería moi bo que recordaramos cantos emigrantes tivemos e seguimos tendo polo mundo adiante", declara Geni Valcárcel, quien recuerda la importancia de construir una sociedad "que avanza e integra".