La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) y el Ayuntamiento de Láncara construirán un nuevo puente en Supena, en la parroquia de Ronfe, para sustituir el actual, el cual está cortado desde enero por daños en un pilar. La actuación supondrá una inversión de 750.000 euros.
El presidente del organismo de cuenca, José Antonio Quiroga y el regidor, Darío Piñeiro, firmaron este viernes en el consistorio lancarés el protocolo para los trabajos ante un grupo de vecinos de Ronfe y el teniente de alcalde, Pablo Rivera.
Los trabajos consistirán en la demolición por completo del puente existente (tablero, pilas y estribos) y la construcción de uno nuevo, "cumpliendo todos los requisitos establecidos en el Plan Hidrológico vigente, con una mayor sección y anchura y, por tanto, mayor capacidad de desagüe", explicó el presidente de la CHMS, quien señaló que las actuaciones podrían comenzar en el segundo semestre de este ejercicio.
El Concello aportará 150.000 euros, de los que 25.000 serán este año y el resto en el próximo, indicó el regidor. La Confederación abonará lo restante hasta los 750.000 euros, cuantía en la que se incluye la redacción del proyecto y la ejecución de la obra.
El organismo de cuenca se hará cargo de la licitación, adjudicación y gestión de los contratos de los trabajos y servicios. Por su parte, el Concello pondrá a disposición los terrenos y las infraestructuras necesarias para la ejecución de las obras. Además, los vecinos se ofrecieron a gestionar los terrenos para los accesos.
Desde la CHMS destacaron que la construcción del nuevo puente, que unirá los núcleos de Ronfe y Pousadela, "mejorará el tránsito y la comunicación de más de 200 vecinos de la zona".
El actual viaducto se encuentra en mal estado desde hace tiempo, pero su situación se vio agravada con las crecidas del río Sarria de principios del mes de enero. La infraestructura se encuentra cerrada desde el 5 de enero, solo permitiendo el paso de ganado.
A causa del corte los vecinos de Pousadela se ven obligados a dar un rodeo por Vilapedre o Céltigos. No solo se ven afectados los residentes de dicho núcleo, también los propietarios de las numerosas fincas existentes en la zona.
