Hace un año un incendio arrasó por completo la Casa dos Ulloa de Sarria y desde entonces se espera por unas obras en este inmueble ubicado en la Rúa Maior y en pleno Camino de Santiago.
El Ayuntamiento, titular del edificio, señaló que continúa pendiente de la respuesta del seguro y, una vez le abone la indemnización, se realizarán obras de consolidación con esos fondos. Después del fuego los técnicos municipales realizaron un informe que recomienda llevar a cabo algunas demoliciones parciales para garantizar la seguridad. El Concello, dijo, no dispone de presupuesto para realizar una rehabilitación del inmueble.
Este quedó completamente destruido en septiembre de 2019 a causa de un fuego que, según todos los indicios, fue provocado, dado que se encontraron varias bombonas de butano en el interior. Solo dos meses antes había sufrido dos conatos de incendio, que ya causaron algunos daños en la construcción.
Poco después del fuego que destruyó la casa, la oposición aprobó en un pleno extraordinario pedir al gobierno que la rehabilite. En aquella sesión, a raíz de una moción de los populares, también se instó a intentar recuperar una ayuda de 200.000 euros de Agader —concedida a través del Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) Miño-Ullla— para restaurar el inmueble. El Ayuntamiento había renunciado a dicha subvención alegando que era imposible ejecutar la obra por los plazos y la falta de crédito.
Además, en otra sesión se trató otra moción del PP en el que se tomó por unanimidad el acuerdo de no vender la vivienda, para frenar así cualquier interés especulativo que pudiera haber en los incendios.
El inmueble, también conocido como Casa das Arsenias, es propiedad municipal desde hace quince años. Entonces fue adquirida por 144.000 euros, de los cuales el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) aportó 100.000. Tras su compra, la construcción fue cedida al Ayuntamiento sarriano y en un primer momento se barajó situar allí la oficina de rehabilitación, aunque la obra no llegó a ejecutarse.
En 2008 el Concello cedió de nuevo el inmueble a la Xunta de Galicia con que fin de que construyera seis pisos de alquiler para menores de 35 años, un proyecto con un coste que podía rondar los 500.000 euros. Por su parte, el Ayuntamiento se reservaba la parte posterior para acondicionar un local como centro social. Tampoco salió adelante este plan para acondicionar la casa, cuyo estado provocó quejas de los vecinos de la zona en varias ocasiones.
