El mes de agosto, concretamente alrededor del día 6, será el momento en el que los arqueólogos regresarán a Cova Eirós, en Triacastela, para retomar los trabajos de excavación en el punto en el que los dejaron en la pasada campaña.
Serán un total de tres semanas en las que un equipo de doce investigadores continuará destapando los vestigios del nivel cuatro, el correspondiente al Paleolítico Medio, con la idea de "recuperar a dinámica de sempre", dice el codirector de estas actuaciones, Arturo de Lombera, que destaca que, aún así, se seguirán manteniendo las precauciones relativas a la pandemia. Como ya es habitual, esta campaña estará financiada por la Consellería de Cultura con 30.000 euros, a través del convenio que mantiene la Universidade de Santiago de Compostela (USC) con la Administración autonómica.
En esta ocasión, expertos y alumnos de esta institución y de la Universitat Rovira y Virgili de Tarragona (URV) -capitaneados por De Lombera, Ramón Fábregas y Xosé Pedro Rodríguez- trabajarán en la entrada del mencionado nivel cuatro, un espacio particularmente denso. "É un campamento de certa entidade, no que grupos de neandertais permaneceron durante meses facendo uso del", resume De Lombera, y añade que se trata del punto "máis rico da escavación, pola gran densidade de materiais e de restos líticos e de fauna".
Por delante quedan campañas en las que comprobarán si existen asentamientos más antiguos que los descubiertos hasta ahora.
NOVEDADES. Arturo de Lombera avanza que a lo largo de las tres semanas que permanezcan en esta gruta única en Galicia, el equipo empleará herramientas fotogramétricas en el interior de la cavidad, "moi útiles para os estudos de arte da Cova Eirós e de cara á divulgación e posible reconstrución en 3D".
Por otra parte, los arqueólogos también intentarán hacer un pequeño sondeo en una boca próxima a la cueva, que pese a que no se trate de un lugar de hábitat ni tan amplio como Eirós, si pudo tener algún tipo de uso a lo largo de la historia.
