La anticuaria de las gaseosas

La sarriana Carmelina López conserva unas 300 botellas de esta bebida de toda España
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photo_camera Carmelina López muestra algunas de las botellas de gaseosa. PORTO

Hace unas décadas muchos de los pueblos tenían una o más fábricas de gaseosas, que acabaron desapareciendo. Una importante representación de esas antiguas empresas la conserva Carmelina López, de antigüedades Manuel Calzada de Sarria, que cuenta con alrededor 300 botellas de plantas de la comunidad gallega y de otros puntos de España.

En la posguerra hubo una explosión de fábricas de agua carbonatada y, según estudios, se calcula que en 1950 existían en el país más de 5.000. La comarca sarriana no era menos y también disponía de sus propias plantas de gaseosa, como en A Pobra de San Xiao, Triacastela o Sarria. Carmelina López conserva botellas de estas empresas, pero también de otros puntos de Galicia, como Monforte, Rubián, Ourense o Melide. La gran mayoría proceden de Galicia, pero también cuenta con recipientes de otros puntos del país, desde León hasta Astorga, Palencia, Valladolid, Gijón, Toledo o Cuenca.

Según explica, la afición por coleccionar estos envases es "recente", pues "antes non se lles daba aprecio, non se compraban". "Cando estaba meu pai (fallecido hace más de una década) non tiñamos botellas de gaseosa, había poucas, non había xente interesada", apunta Carmelina López, decana de los establecimientos de antigüedades de la villa.

Se calcula que en 1950 existían en España más de 5.000 fábricas de agua carbonatada

Las botellas de gaseosa se caracterizan por su cierre metálico, aunque también fabricaban algunas con chapa, muestra la anticuaria. Las marcas están representadas por diferentes símbolos, pasando por un toro, una fuente, un puente, un futbolista o un barco. Muchas de ellas llevan en la denominación el nombre o los apellidos del propietario o el lugar en el que se fabricaban. Las empresas ya se publicitaban en los envases como la "gaseosa insuperable" o destacaban "su esmerada elaboración".

A este negocio de Sarria llegan coleccionistas interesándose por los recipientes de aguas carbonatadas e incluso quieren todas las diferentes botellas que sacó una misma marca, aunque tengan solo un mínimo cambio. "Se se diferenza só nunha palabra na etiqueta por detrás tamén a queren ou se o cristal conta con un pequeno detalle diferente ou unha cor distinta, se é máis blanca ou máis verdosa", cuenta Carmelina López.

Algunos buscan solo las procedentes de fábricas de una provincia, como es el caso de unos clientes de Lugo y León. Además, se decantan mayoritariamente por botellas de un litro, no de medio. Unas de las más cotizadas, dice, son las de unas plantas de Melide y Monforte de Lemos, pues "hai poucas". Otras personas buscan botellas de gaseosa para decoración y algunas por nostalgia, por recuerdo de su infancia y de aquellas bebidas carbonatadas, que eran los refrescos de su niñez.

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