El alcalde lancarés atranca un camión para que no salga material de la vía

Darío Piñeiro afirma que Adif había prometido cederlo al Concello y una empresa ya vendió parte de los restos a particulares
El camión del Concello, atrancado para evitar el paso de vehículos. PORTO
photo_camera El camión del Concello, atrancado para evitar el paso de vehículos. PORTO

La polémica rodeó este jueves las obras de desmantelamiento de la antigua vía del tren de A Pobra de San Xiao. El alcalde de Láncara, Darío Piñeiro, atrancó un camión para impedir que saliera el material porque, aseguró, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) "prometeu" cederlo al Concello y se lo llevaron particulares. Pidió al organismo que aclare a quién pertenece. 

Desde hace días, una empresa realiza el tratamiento de los restos de las traviesas y escombro, que fueron sometidos a un proceso de triturado con una máquina. Una vez machacado, quedó una especie de gravilla, parte de la cual fue vendida a particulares por esta firma. Según la empresa, Adif la contrató para deshacer estos restos y separar el hierro, siendo ahora de su propiedad todo el material obtenido. 

El regidor alegó que "hai tempo" que el organismo estatal trasladó a los ayuntamientos por los que discurría la antigua vía que los restos, como la piedra, serían para las propias administraciones locales. "Acordamos que cada Concello levara o material do seu territorio", insistió Piñeiro. 

UTILIZACIÓN. Esta especie de gravilla podría ser utilizada, por ejemplo, para arreglar caminos "e o que fixera falla". También podría ser preciso dejarla en el lugar para la creación de la senda verde proyectada en las viejas vías. "Hai zonas nas que temos que reencher. Habería que estudalo antes de sacar o material porque posiblemente houbera que deixalo onde estaban as vías", explicó. 

Piñeiro considera que Adif debería dar una explicación al Ayuntamiento. "Paréceme ben que decida vender o material, pero que nos diga ao Concello que o fai, que non comentara que o daba", manifestó, molesto por la situación. 

Según su versión, de la antigua línea del ferrocarril salieron "como mínimo oito ou nove" bañeras con el escombro, por lo que "xa queda pouco". Los compradores comenzaron a retirarlo el miércoles y continuaron este jueves, señaló. 

Ante esta situación, y a la espera de recibir una respuesta del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, el alcalde optó al mediodía de este jueves por atrancar un camión del Ayuntamiento. 

Lo atravesó en la entrada de un camino por el que los vehículos pesados accedían para cargar la mercancía, junto a la antigua estación y otras construcciones del tren. "Non deixo saír máis material", afirmó Piñeiro. Por la tarde el camión continuaba atravesado. El regidor aseguró que permanecería allí hasta que Adif "dea unha explicación". Sí permitió la entrada de un vehículo pesado para la retirada de restos de hierro. 

Este periódico se puso en contacto con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias para conocer su versión, aunque no obtuvo respuesta. Por su parte, la empresa que hizo las obras, que dice ser la dueña del material, optó por dejar en el lugar los restos que quedan. 

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