La Dirección General de Tráfico prevé alrededor de 95 millones de desplazamientos durante este verano. Indudablemente, con un número tan elevado de viajes aumenta el número de accidentes, que no tienen que ser graves para provocar lesiones que es importante diagnosticar y tratar correctamente.
Una de las lesiones más habituales tras una colisión de tráfico es el llamado latigazo cervical, en el que "un mal diagnóstico o una rehabilitación incorrecta pueden cronificar el dolor que sufre el paciente y limitar su calidad de vida", tal y como explica la doctora Morelva Piñeiro, médica rehabilitadora del hospital Ribera Polusa. De hecho, distintos estudios indican que entre el 14 y el 42% de los pacientes con latigazo cervical desarrolla molestias crónicas en la región del cuello y otro 10% se ve afectado por un dolor constante de forma indefinida.
Diagnóstico preciso
La manifestación principal del latigazo cervical es el dolor en la zona del cuello. Los pacientes suelen señalar que este se sitúa en la nuca y aumenta con el movimiento. En ocasiones, se irradia hacia la cabeza, los hombros, las extremidades superiores o la región interescapular.
La doctora Piñeiro indica que ese dolor es una de las repercusiones más habituales de un accidente de tráfico: "El dolor en la columna o raquis, y más en concreto, el dolor cervical postraumático, también conocido como latigazo cervical, es muy común. Este suele producirse por un mecanismo de hiperextensión del cuello".
El latigazo cervical es tan frecuente que, aunque no hay cifras exactas sobre el número de afectados, en EE UU se ha calculado que entre un 20 y un 52% de los lesionados en un accidente de tráfico lo sufren.
La doctora Piñeiro señala que es clave escuchar al paciente para interpretar bien los síntomas que describe, así como realizar las pruebas diagnósticas necesarias "que nos ayudarán a medir de un modo preciso la gravedad de la lesión".
Pese a que podría parecer lo contrario, hay ocasiones en las que el diagnóstico no es sencillo porque "cuando hay dolor, nuestro cuerpo se defiende y se tensa, y a veces esa tensión puede aumentar el tono muscular y provocar más dolor, haciendo que el paciente entre en un círculo vicioso".
La especialista insiste en la importancia de valorar bien la gravedad de la lesión para abordar cada caso como corresponde. "Por ejemplo, si mantenemos inmovilizado el cuello por un tiempo excesivo podemos perder tono muscular", explica, al tiempo que añade que "hay casos en los que solo es necesaria medicación y reposo relativo, y en otros será preceptivo aplicar otros tratamientos e incluso modificar hábitos y ayudar al manejo del estrés, para no incidir en la tensión de la zona. Si no se trata el dolor, este se puede cronificar, haciendo más costosa la recuperación".
Aunque un latigazo cervical en sí no es una lesión grave, puede generar un dolor crónico a los pacientes que dificulte su recuperación total. "Se pueden producir elongaciones de estructuras blandas, ligamentos y músculos, y todo esto genera dolor", explica la médica rehabilitadora de Ribera Polusa.