¿Qué importancia hay que darle a que sea una mujer quien presida la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer?
Este 2023 Aseica cumple 40 años desde su fundación y yo soy la segunda mujer en presidirla. Es algo importante, aunque a mí me gusta más pensar en lo que se va a hacer y no en que sea una mujer la que lo haga. Pero ojalá estuviese más normalizado que las mujeres ostentemos puestos de dirección.
Hablemos entonces de lo que van a hacer, ¿qué líneas de trabajo quiere desarrollar?
Nosotros lo que queremos es que se investigue más y mejor en el cáncer en España, entonces somos muy activos en reclamar un aumento en los presupuestos de I+D+i que se destinan a este campo. En España se asigna el 1,4% del PIB a la ciencia, mientras que en otros países es un 3 o 4%, por eso queremos que al menos se doble el porcentaje que se dedica a investigación.
El presupuesto para investigación siempre ha sido insuficiente. ¿Cree que esto llegará a cambiar algún día
Llevamos muchos años escuchando anuncios, medidas, buenas intenciones... Es cierto que este último año se han lanzado nuevas convocatorias de investigación, pero a los científicos aún no nos ha llegado ese aumento presupuestario, pues seguimos muy por debajo del entorno europeo. Aquí se hace muchísimo con poco dinero, pero a costa del sobreesfuerzo de los profesionales involucrados y no debería ser así. Falta una planificación a largo plazo, más allá del político de turno, de las elecciones...
La aportación privada es una herramienta clave para que exista investigación.
Es absolutamente necesaria y vemos como en esos países en los que se apoya la investigación se favorece la interacción en las empresas y con las empresas. Aquí también habría que trabajar aspectos que estimulen la contribución privada, y no me refiero tanto a la industria farmacéutica como a la filantropía. Llevamos tiempo pidiendo una ley del mecenazgo que favorezca que muchas personas hagan pequeñas donaciones, que es algo que en los países anglosajones está ya muy implementado.
En España se hace muchísimo con poco dinero, pero a costa del sobreesfuerzo de los investigadores
En todo ese contexto, es normal que la situación de los investigadores más jóvenes les preocupe especialmente.
Nos interesa mucho el talento joven, porque además es muy difícil retenerlo o atraerlo. En España tenemos a gente tremendamente bien formada y con grandes capacidades en el extranjero que no puede volver y eso resulta muy frustrante. Por eso el apoyo a este sector debe ser un frente muy activo. Es el mismo caso que el impulso y la visibilización que prestamos a la mujer investigadora, aunque aquí hemos incorporado otro objetivo: mostrar referentes femeninos, que se sepa que esas mujeres están ahí y que lleguen a puestos de alta dirección.
También se esfuerzan en que los resultados de la investigación se incorporen a la práctica clínica.
Sí, y buscamos herramientas para que la formación en la actualización de los avances en oncología llegue a los distintos especialistas que participan en el tratamiento del cáncer, en cualquier parte del territorio. Y otra de nuestras grandes reivindicaciones al Ministerio de Sanidad es que se acelere la implementación de compuestos, aprobados ya a nivel internacional, para que lleguen a España cuanto antes.
Demandamos al Ministerio de Sanidad que lleguen a España cuanto antes fármacos oncológicos aprobados ya a nivel internacional
En otro nivel, el público también demanda cada vez más información sobre este tema.
Y nosotros tenemos una responsabilidad hacia la sociedad: queremos que se entienda mejor lo que es el cáncer y los logros que se están consiguiendo, para que los pacientes sepan que se está avanzando y que estén más empoderados a la hora de tomar decisiones.
Usted se ha manifestado con optimismo sobre esos logros y sobre el tratamiento de la enfermedad en el futuro.
Los científicos somos optimistas por naturaleza, porque lo que queremos es descubrir y vemos todo lo que se está haciendo. Ahora estamos en la fase de conocer mejor los cánceres –hay más de 100 tipos de tumores–, porque lo que está cada vez más claro es que la medicina tiene que personalizarse, porque cada paciente tiene un tipo de tumor, con sus propias alteraciones moleculares y varios grupos de células tumorales evolucionando. Eso es lo que se está entendiendo mejor y lo que nos está permitiendo el desarrollo de fármacos más eficientes. ¿Soy optimista? Sí, soy optimista en el sentido de que se están diagnosticando mejor y antes muchos tumores, se están tratando en fases más incipientes y también se está avanzando incluso en esos casos en los que los pacientes no responden. Es cierto que quedan todavía patologías –como el cáncer de páncreas, determinados tipos de pulmón o incluso de mama– que son de difícil tratamiento, pero estamos viendo avances. Lo que pasa es que se necesitarían más recursos para que estos fuesen mayores.
Los tratamientos tienen que personalizarse, porque cada paciente tiene un tipo diferente de tumor con sus propias alteraciones moleculares
Siempre aparece la financiación como ese muro contra el que estrellarse una y otra vez.
Sí, es un punto, pero no el único. Y en ese sentido a mí me gustaría referirme a la necesidad de favorecer más la interacción entre la investigación básica, la clínica y la de la industria farmacéutica, por ejemplo.
¿Cómo cree que se van a enfocar los tratamientos para los distintos tipos de cáncer?
Por una parte, estamos insistiendo mucho en prevención e intervención temprana, en concienciar a la población de que hay un porcentaje importante de tumores que se pueden evitar. Ahí hay que incidir mucho. Luego vamos a ver diagnósticos más tempranos, por ejemplo con biopsia líquida, y unas estrategias que nos permitan hacer un seguimiento de las células tumorales en la forma inicial. También creo que avanzará la inmunoterapia, que consiste en que el propio sistema inmunitario reconozca selectivamente a las células malignas, las diferencie de las benignas y las elimine. Aquí hay dos avances importantes. Por un lado, se ha logrado desarmar las defensas de los tumores y, por otro, se ha movilizado a las células del sistema inmune para eliminar esas células tumorales, algo que implica menos efectos secundarios. Creo que los grandes avances van a ir en ese sentido: en aumentar el número de pacientes que respondan, en que lo hagan de una forma duradera y en reducir los efectos secundarios de los tratamientos y las recidivas, que son las recaídas.
Evitar las recidivas es uno de los grandes retos de la oncología.
Sí, y ahora hay mucho interés, y se está avanzando, en la detección de esas células tumorales que están durmientes en el organismo. Hay pacientes en los que se elimina el tumor primario y pueden pasar años hasta que se inicia de nuevo el proceso de reactivación de tumores y metástasis. Creo que esa será una de las áreas en las que se va a progresar más.
Aunque nació en Agolada, en Pontevedra, la científica pasó parte de su infancia en Fonfría (Antas de Ulla).
Trayectoria
Marisol Soengas empezó a estudiar Biología en la Universidad de A Coruña, especializándose en Microbiología por la Universidad Autónoma de Madrid, donde se doctoró.
Entre el 2002 y el 2008 trabajó en la Universidad de Michigan (Estados Unidos). En 2008 volvió a España para ser nombrada directora del grupo de Melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Está implicada en alentar las vocaciones científicas entre las mujeres y niñas, para reducir la brecha de género y revertir los estereotipos. Además, es una de las fundadoras del grupo Mujeres Influyentes de Galicia, cuyo objetivo es promocionar el talento invisibilizado de las gallegas.
Melanoma
Algunos de los hitos logrados por el laboratorio del CNIO desde que ella está al frente han sido la identificación de distintos factores pro-oncogénicos que definen las señas de identidad del melanoma y que lo distinguen de más de 25 tipos de cáncer. Además, su grupo ha desarrollado modelos animales que permiten visualizar el inicio y progresión del melanoma desde fases muy tempranas.