Con el verano salen del trastero las sandalias, los pantalones cortos, los repelentes de insectos... y también términos prácticamente en desuso el resto del año, como fotosensibilidad. Esta se define como "una respuesta excesiva y anormal de la piel a la exposición a las radiaciones solares, así como al uso de las lámparas de rayos Uva de las cabinas de bronceado", explica Manuel Barreira, farmacéutico comunitario.
La fotosensibilidad se desencadena al exponerse el usuario de determinados medicamentos –así como de algunas sustancias que están presentes en productos del cuidado de la piel, perfumes tintes y colorantes– a la radiación solar. Esta reacción se puede dar en dos niveles diferentes:
-Reacciones fotoalérgicas, en las que sí participa el sistema inmune y requieren una exposición previa al agente fotosensibilizante.
-Reacciones fototóxicas, que son las más frecuentes y no afectan al sistema inmunológico. Manuel Barreira señala que "los síntomas más habituales de la fototoxicidad a sustancias químicas se caracterizan por la aparición de lesiones similares a quemaduras de sol intensas, como son enrojecimiento (eritema), urticaria, quemazón-dolor y vesículas (ampollas) en las zonas del cuerpo expuestas al sol, como pueden ser brazos, manos, pies, escote… Esta reacción puede aparecer en cualquier persona, con una gravedad muy variable. Se trata de una respuesta rápida, ya que se desencadena de forma inmediata, de 30 minutos a varias horas después de la exposición (en las primeras 24 horas) y no se manifiesta en las zonas no expuestas".
¿Cómo se debe actuar?
Una vez que la reacción de fotosensibilidad ya se ha desencadenado solo cabe reducir la exposición solar al mínimo y, si es posible, suprimir el fármaco o producto sospechoso de haberla causado. Esto no será posible en muchas ocasiones, y entonces el especialista lucense aconseja "valorar la administración nocturna de aquellos medicamentos fotosensibilizantes de una dosis diaria, pues de esta manera se reduciría la concentración de fármaco en los momentos de mayor exposición al sol". Además, "en función de los síntomas puede ser necesario recurrir al uso de corticoides para reducir la inflamación. Otros remedios habituales son colocar en la zona afectada compresas frías, aplicar emolientes hidratantes y tomar análgésicos y/o antihistamínicos orales para evitar la picazón".
Precaución con antiinflamatorios y antibióticos
Hay fármacos que forman parte del botiquín de cualquier casa y a los que se recurre habitualmente para solventar pequeñas molestias, ya que muchos de ellos ni siquiera precisan prescripción médica. La capacidad fotosensibilizante aparece indicada en el prospecto –hay medicamentos, tanto de administración oral como tópica, que incluso recurren a un símbolo para una rápida identificación de esa cualidad–, pero ese uso cotidiano que normaliza su consumo lleva a que pocas veces se revise el prospecto. En esa lista de compuestos que pueden aumentar la sensibilidad a la luz estarían:
-Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), un grupo en el que están algunos de los fármacos más consumidos, como los conocidos por todos ibuprofeno, diclofenaco, dexketoprofeno…
-Antihistamínicos, como cetirizina, loratadina, desloratadina…
-Antibióticos: flouroquinolonas, cefalosporinas, sulfonamidas…
-Diuréticos: furosemida, hidroclorotiazida…
-Los antihipertensivos de la familia de los Iecas (enalapril, captopril…).
-Estatinas para reducir el colesterol.
-Anticonceptivos.
-Algunos fármacos para el sistema nervioso, entre ellos los antipsicóticos, antidepresivos tricíclicos o los ansiolíticos.
El farmacéutico lucense destaca que "es importante que el paciente consulte con el farmacéutico o con su médico sobre el riesgo de fotosensibilidad de la medicación que está tomando".
Pero no solo son los medicamentos los que pueden desencadenar esa reacción. Puede suceder lo mismo con ciertas sustancias químicas presentes en productos para el cuidado de la piel como cremas, perfumes, lociones para el afeitado, maquillajes, protectores solares…
Sin embargo, Manuel Barreira matiza que "esto no significa que por tomar estos fármacos o usar estos productos nos vayan a provocar una reacción de fotosensibilidad, pero sí que son frecuentes en ellos, por lo que se deben de tomar las debidas medidas de precaución".
Además de antibióticos, antiinflamatorios o antihistamínicos, otros medicamentos de uso menos frecuente también pueden causar reacciones de fotosensibilidad, y entre ellos estarían "algunos quimioterápicos como el metotrexato, el fluorouracilo, los taxanos…, fármacos para tratar el acné como la isotretinoína, y antipalúdicos como la cloroquina o la quinina".
Fotosensibilidad y fotoalergia: no es lo mismo
La fotosensibilidad no es lo mismo que la fotoalergia, aunque a veces se confundan. Manuel Barreira explica que la "fotoalergia, también conocida como alergia al sol, es un tipo de fotosensibilidad en la que se produce una respuesta inmunitaria. La luz solar ocasiona cambios en la estructura del fármaco o de la sustancia en contacto con la piel y esta molécula se comporta como alérgeno, desencadenando la respuesta del sistema inmune. Para que se desencadene esta respuesta es necesaria una exposición previa al alérgeno". La fotoalergia ocurre con menor frecuencia que la fototoxicidad, ya que es responsable de un 5% de casos frente a un 95% de fototoxicidad.
En el caso de una fotoalergia, los síntomas aparecen de manera tardía (entre uno y diez días después de la exposición solar) y sus manifestaciones más comunes son enrojecimiento, eccemas agudos, sarpullidos que causan picor intenso y, en ocasiones, vesículas. Y, como explica el farmacéutico, "aunque suele afectar a las zonas expuestas al sol, puede sobrepasar sus límites y diseminarse a áreas no expuestas". Además, "los mismos medicamentos y sustancias que producen fototoxicidad pueden dar lugar a una reacción fotoalérgica. Esto es algo que depende de cada persona".
Cuándo hay que acudir al médico
La gravedad de esta reacción puede ser muy variable, y hay una serie de síntomas ante los que se recomienda visitar al médico:
-Los tratamientos básicos sin receta no funcionan.
-La erupción cubre extensas partes del cuerpo, incluyendo también zonas que normalmente están cubiertas por la ropa.
-Se presenta fiebre alta o dolor extremo.
-La erupción empieza a convertirse en ampollas.
-La erupción tiene forma de mariposa sobre las mejillas y en el puente de la nariz, lo que podría ser un signo de lupus.
-La piel se magulla fácilmente.
-Las reacciones de fotosensibilidad continúan presentándose aunque se adopten precauciones para evitar el sol.
Prevención
La prevención siempre es el mejor remedio, por eso Manuel Barreira facilita una batería de recomendaciones a todas las personas que durante el verano tomen medicación:
-Utilizar filtros solares con un factor de protección elevado, 50 o superior. El producto se aplicará media hora antes de tomar el sol, repitiendo su uso cada dos o tres horas o, en caso de sudoración o de práctica de deportes acuáticos, incluso con una frecuencia mayor. La protección debe usarse durante todo el año, también en días nublados.
-Evitar la exposición solar en las horas centrales del día (entre las 12 y las 16). Hay que tener un cuidado muy especial al desarrollar actividades al aire libre y evitar quedarse dormido mientras se toma el sol.
-Además del uso de fotoprotectores, a los rayos de sol hay que hacerles frente con sombrero, manga larga y pantalón largo, además de gafas de sol homologadas con filtro UV.
-Realizar una dieta variada rica en frutas y verduras ayuda a prevenir los daños solares desde el interior.
Lee las etiquetas y/o prospectos de los productos dermatológicos para saber si pueden generar sensibilidad al sol.
Si el medicamento puede aumentar el riesgo de fotosensibilidad y es necesario tomarlo, se evitará la exposición al sol, las cabinas de bronceado y se usarán fotoprotectores de 50+ o superiores incluso en días sin sol.
Es posible que, dependiendo del medicamento, se indique que también se debe evitar la exposición al sol unos días tras la finalización del tratamiento para asegurarse de que se ha eliminado el fármaco completamente.