Hace un año, los vecinos del barrio de Vista Alegre, en Chantada, transmitieron a través de este diario su descontento por el mal estado en el que se encuentra la calle principal. Pasados 365 días no se han producido mejoras y sus reivindicaciones son idénticas.
Los residentes advierten de que la calzada se halla en pésimas condiciones. En concreto, el tramo que circula desde la Rúa Doutor Fleming hasta la Avenida de Lugo presenta un enorme deterioro, situación que achacan al peso de los camiones que aparcan allí y que generan baches de gran tamaño. Se hace muy difícil realizar una conducción limpia por este tramo de Chantada debido a la inestabilidad del firme.
Los vecinos de Vista Alegre dicen también que los reventones continúan siendo frecuentes, igual que señalaron hace un año. Denuncian que las tuberías son muy antiguas y que es habitual que las casas se queden sin agua, especialmente cuando hay más gente en el barrio, que suele ser en verano. La presión entonces aumenta, por lo que el sistema se colapsa y se producen importantes averías. "Un año tuve que llamar nueve veces para avisar de que estábamos sin agua", dijo uno de los denunciantes.
"Llevamos así más de 40 años, desde que se hizo esta calle", señalan varias de las personas que viven en esta zona del municipio. Los vecinos afirman que en ese largo periodo de tiempo no ha habido ningún gobierno que hiciese "nada por arreglar el barrio". Y eso que, aseguran, han presentado varios escritos en el Ayuntamiento para informar de esta problemática. "Hasta nos dijeron que renovar esta calle no supondría un coste muy elevado, pero lo cierto es que seguimos sin ver mejoras", indica uno de los residentes.
Una bocacalle se usa para hacer botellón los fines de semana, por lo que suele haber en ella desperdicios como preservativos usados
El estado de algunas fincas también preocupa a las personas que habitan en Vista Alegre. Muchas están sin desbrozar y las hierbas ocupan las aceras, donde crecen los matojos. Además, la tapa de una boca de alcantarilla se mueve por un agujero bajo uno de sus bordes y amenaza con ceder.
A todo esto hay que sumarle el deterioro de una bocacalle ubicada en el barrio, que sufre actos vandálicos y falta de civismo. Los vecinos echan la culpa a las personas que, según cuentan, acuden allí los fines de semana para hacer botellón. Afirman que el volumen al que ponen la música es muy elevado y que al día siguiente aparecen numerosos desperdicios en el suelo, entre ellos preservativos usados.
En este tramo llama la atención la presencia de una farola con el cristal que cubre la bombilla roto y el firme estropeado hacia el final de la calle. Hay gravilla suelta y los denunciantes subrayan que es porque se llevan a cabo maniobras temerarias con los coches, como trompos o derrapes, durante la madrugada.
