Vendidos la mitad de los billetes de pesetas hallados en una casa de Sober

El vecino que los encontró no dio con más. "Mellor así", dijo ► Había nueve millones y solo pudo cambiar una parte a euros
Toño Piñeiro sujeta algunos billetes y el bote de Nesquik donde llevaban años escondidos. AEP
photo_camera Toño Piñeiro sujeta algunos billetes y el bote de Nesquik donde llevaban años escondidos. AEP

El hombre que halló billetes por valor de nueve millones de pesetas en su casa de Sober ya ha vendido parte de los que no pudo cambiar a euros. El Banco de España no permite canjearlos desde julio de 2021, así que a Toño Piñeiro, que así se llama, solo le quedaba una forma de deshacerse de ellos: venderlos.

Este diario lo puso en contacto con el hijo del diseñador de los billetes, Pepe Cruz, que adquirió unos cuantos para la colección de su estudio. Después, Toño, que reside en Valencia y regresa a Sober varias veces a lo largo del año, recibió numerosas llamadas.

"Vounos vendendo pouco a pouco, porque eran moitísimos os que atopei durante as obras. Hoxe aínda me falou un rapaz que me viu na televisión e quería ter un billete", explica. Por el momento, dice, no hizo más reformas como las que le sirvieron para hallar el botín –el dinero apareció envuelto en plástico y escondido en botes de Nesquik–, pero está convencido de que es "mellor así".

"Tería a ilusión de que aparecesen máis billetes se os puidese cambiar a euros ou se os vendese todos, pero vanmos comprando moi pouco a pouco, algún quere un, outro pide dous...", cuenta.

Así ha vendido la mitad de los billetes. Lo hace "ao seu valor, uns 30 euros, pero dependendo de como se conserven, aínda que a maioría están bastante ben".

Una historia que dio la vuelta a toda España

En septiembre del año pasado, esta noticia publicada por El Progreso acaparó titulares en toda la prensa nacional. Periódicos, televisiones y emisoras de radio de toda España trataron de contactar con Toño Piñeiro, que los primeros días estaba "colapsado" por la elevada repercusión, "algo que non esperaba".

En su día a día en Valencia, donde lleva más de 20 años, sus compañeros de trabajo le llamaban, cariñosamente, El rico y hasta sus jefes se interesaron por este curioso y cuantioso hallazgo.

Toño ya regresó a su casa de A Pousada, en Sober, varias veces desde que la noticia se hizo viral. "Cada vez que vou pola rúa míranme todos e din aí vai o dos billetes", cuenta. También el regidor local, Luis Fernández Guitián, quiere conocerlo. "O alcalde díxome que o fose visitar, porque parece que non, pero con isto o nome de Sober saíu en todas partes", concluye Piñeiro.

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