El tren da vida a San Clodio

El cierre de la estación de Monforte hace que en la terminal de Ribas de Sil haya un constante trasiego de cientos de viajeros
Una auxiliar de Renfe indica a una viajera dónde tiene que ir. C.J.G.
photo_camera Una auxiliar de Renfe indica a una viajera dónde tiene que ir. C.J.G.

La estación de tren San Clodio-Quiroga es testigo desde hace unas semanas de un tráfico de pasajeros diario que no se veía desde los grandes tiempos de esta infraestructura, que abrió en 1883 y vivió su época dorada en la década de los 50 del siglo pasado. Las obras que Adif ejecuta en la estación de Monforte hacen que los viajeros tengan que hacer por autobús el trayecto entre Ourense y San Clodio, así que se ven obligados a cambiar de un medio a otro en este punto.

Esta situación revitaliza la estación, aunque la previsión es que se mantenga solo durante este mes, abril y quizás también en mayo. Por el momento, ha creado cinco puestos de trabajo temporales en la zona: tres personas se encargan del servicio Acerca (la asistencia a personas con discapacidad o movilidad reducida) y otras dos guían a los viajeros del bus al tren o viceversa. Y son necesarias, pues en el Alvia que conecta Galicia y Barcelona siempre viajan a bordo más de un centenar de personas, que llegan o salen de San Clodio en tres autocares fletados por Renfe.

Como no pueden avanzar en dirección Monforte, los trenes, tanto el Alvia como el Regional Express hacen noche en San Clodio, siendo custodiados por un vigilante.

Cada día se desplaza también una empresa de limpieza desde la ciudad del Cabe y, a la hora de iniciar la marcha, los interventores y resto de tripulación llegan en el autobús, con los pasajeros, mientras que los maquinistas suelen hacerlo en taxi.

Fijar la de San Clodio-Quiroga como estación de referencia durante este tiempo incluso ha servido para que la empresa encargada de su mantenimiento acometiese pequeñas mejoras, como la instalación de una potente luz led que ilumina las escaleras de acceso. Es fundamental, pues el Alvia de Barcelona llega casi a las 20.00 horas, cuando la visibilidad ya es reducida.

María Couso y Patricia Quiroga son las auxiliares del servicio de información. Aseguran que los pasajeros comprenden la situación y no ponen pegas durante el intercambio. Por otra parte, destacan que algunos vecinos de San Clodio "hasta se acercan por la estación para ver gente y charlar un rato".

Valor añadido

El movimiento lo están notando también los bares de la zona, sobre todo por el personal que mueve Renfe y los conductores de los autobuses, pues los pasajeros apenas tienen tiempo para salir de la estación. La semana pasada, por ejemplo, el tren no arrancó al congelarse una pieza y los viajeros sí dejaron gasto en la localidad.

En el hotel y restaurante Las Vegas despacharon "muchos bocadillos y cafés", cuenta su propietaria, Elena Losada, que asegura que "siempre hay alguno que se escapa al bar si llega con margen de tiempo suficiente, sobre todo jóvenes".

El movimiento lo están notando también los bares de la zona, sobre todo por el personal que mueve Renfe y los conductores de los autobuses

El teniente de alcalde de Ribas de Sil, Roberto Castro, señala que la situación que se da estos días demuestra que "dende o punto de vista operativo, a estación está preparada, pois ten bo acceso para o autobús e dispón de servizos ao redor".

Hace 70 años

Además, cree que lleva a recordar "o importante que foi e, en certo modo, ata nos fai recuperar a ilusión". Y es que la estación de San Clodio llegó a tener decenas de trabajadores y mucho movimiento, sobre todo en la posguerra. "Nos anos 40 ou 50, cando se trasladaba ferro do Bierzo ata a zona de Vigo para embarcarlo a Inglaterra a estación tiña moita vida", indica el profesor local Manuel Cao.

De los años siguientes destacan los trenes de los emigrantes, "que marchaban abarrotados e ás veces algún non podía nin montar en San Clodio".

Cuando el destino era Argentina o Estados Unidos y la fecha de regreso una incógnita, era habitual "que se congregasen moitos veciños para despedir a quen marchaba".

Él fue testigo de años de bonanza y de muchos avances técnicos, pero también del paulatino declive de la infraestructura.

"A partir dos setenta comezou a perder peso coa mellora das estradas, a expansión do automóbil propio e o camión, así como o peche da mina de San Miguel de Las Dueñas (León) no tocante ás mercadorías".

Cao explica que hace un lustro dejó de prestar sus servicios el único trabajador que quedaba en mantenimiento en la estación de San Clodio-Quiroga. Ahora, el empleo ha vuelto, pero no para quedarse.

Precedentes

Manuel Cao recuerda también que en los primeros años de ferrocarril en San Clodio eran habituales los desprendimientos o las averías por la baja calidad de los materiales. Aunque eso cambió, lo cierto es que "o trazado segue a ser o mesmo de finais do século XIX".

Por aquel entonces, el tramo hasta el municipio de A Pobra do Brollón "mesmo superaba os límites de pendente aconsellables", lo que hacía necesaria la utilización de locomotoras de refuerzo si la composición, sobre todo de mercancías, era considerable.

O trazado segue a ser o mesmo de finais do século XIX"

En cuanto a la interrupción de la circulación que se está produciendo, este gran conocedor de la historia local indica que ya ocurrió en 1959, al hundirse la vía en A Labrada.

Entonces, el pescado gallego que tenía que viajar a Madrid tuvo que desviar su ruta y atravesar territorio portugués. Los pasajeros, en cambio, eran trasladados en los conocidos en aquella época como coches de línea, los actuales autobuses.

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