Las agencias de meteorología dibujaron el peor escenario posible para un evento a celebrar este fin de semana al aire libre, como la Feira do Viño de Chantada. Vientos casi huracanados y decenas de litros de lluvia fueron anunciados de forma insistente debido a una profunda borrasca a la que bautizaron con el nombre de Félix. A pesar de todo, uno de los certámenes vitícolas más antiguos de la Ribeira Sacra, que este año cumplió 36 años de vida, fue capaz de mantener el tipo y congregar a numeroso público, tanto en la tarde y noche del sábado como durante la mañana del domingo.
Los bodegueros participantes se mostraron contentos con el resultado obtenido cuando el panorama que se presentaba no era nada alentador. Señalaron que durante la noche del sábado cientos de personas, sobre todo jóvenes, se reunieron bajo la carpa de 80 metros de largo y 22 de ancho instalada para combatir a la borrasca Félix con el fin de disfrutar de una verbena en la que la música tenía como compañera al vino elaborado por trece cosecheros de la zona.
En la jornada del domingo, la afluencia de participantes fue más modesta, quizá la mitad menos que otros años, según comentaban unos y otros; e incluso el alcalde, Manuel Lorenzo Varela, quien desde el palco que preside el recinto ferial proclamó su agradecimiento a todos. "Ten moito mérito acercarse a Chantada co día que fai e acompañarnos", destacó. Por ello, se mostró muy agradecido e invitó a todos, a los presentes y a los ausentes, a acudir el próximo año. "Estades todos convidados", gritó.
Ten moito mérito acercarse co día que fai para acompañarnos. Estades todos convidados á próxima edición da feira
OPORTUNIDADES. Y como nunca llueve a gusto de todos, la asociación de empresarios del municipio y el propio regidor chantadés destacaron los excelentes resultados obtenidos, superiores a los de ediciones anteriores, con la feria de oportunidades y la muestra de productos de artesanía que se montaron conjuntamente en la Avenida de Monforte, también bajo una gran carpa.
Estuvieron presentes 51 expositores con productos de todo tipo, aunque por lo visto durante la mañana del domingo los más concurridos eran los que tenían a la venta quesos elaborados en el municipio, sobre todo uno azul que se elabora con leche de vaca jersey que ha recibido en su corta vida varios reconocimientos a la calidad.
El vino Sabatelius que elabora Adegas e Viñedos Lareu fue el gran protagonista de la feria al alzarse con los tres primeros premios en liza
EL PREGÓN. María Cruz Díaz Álvarez, una profesora e investigadora de reconocido prestigio internacional con raíces lucenses, fue la elegida este año para pregonar la feria y sorprendió a más de uno con su intervención.
Díaz, desde hace tres años jubilada de su trabajo docente, recordó su etapa de estudiante cuando uno de sus profesores insistía en que en Galicia no había vino, sino "morriña envasada" aduciendo que los suelos gallegos no valían para obtener caldos de calidad.
El domingo lo contradijo. Indicó que en agricultura "no hay nada imposible", poniendo por ejemplo la Ribeira Sacra, donde hay "suelos fabricados", en referencia a los bancales, construidos por la mano de los viticultores "en laderas imposibles" para retener el agua y conseguir la mayor insolación posible, aspectos que unidos a un correcto abono del suelo "dan lugar a un vino heroico, que viaja y que es preciso beberlo sin prisa", destacó la pregonera.
PREMIOS. El vino Sabatelius que elabora Adegas e Viñedos Lareu fue el gran protagonista de la feria al alzarse con los tres primeros premios en liza. Consiguió el de la cata oficial, el de la popular y también el reservado para los vinos de crianza. Se trata de una pequeña bodega, que dispone de 2,5 hectáreas de viñedos y que elabora cada año solo unos 13.000 litros de vino, que ha logrado otros importantes premios nacionales e internacionales.
El resto de los galardones en las diferentes categorías fueron para las marcas Toalde, Cabo do Mundo, Calexotes, Condado de Sequeiras, As Glorias, Asolagados y Marqués de Garoña.
