Un sueño cumplido y una vida entera para triunfar

A punto de cumplir 17 años, Andrés López pone pasión y esfuerzo sin límites en todo lo que hace. Es cinturón negro de kárate, toca la guitarra desde los ocho años y hace tres empezó con la batería. Además, en el instituto no le va nada mal y este joven de O Saviñao tiene el reto de estudiar una ingeniería.
Andrés López, durante un ensayo en Creativa. L.A.R.
photo_camera Andrés López, durante un ensayo en Creativa. L.A.R.

Cuando tenía solo ocho años Andrés López López comenzó a tocar la guitarra. En realidad a él lo que le tiraba era la batería, pero en aquel momento en Escairón, (la capital municipal de O Saviñao, al que pertenece A Broza, la aldea de Andrés), solo había profesor de guitarra, así que el niño se animó.

Su padre también había aprendido guitarra de pequeño, su hermano asistía a clase y varios de sus amigos también. "Non se me daba mal e pasabao ben. Ao final era música tamén", relata.

Las cosas siguieron su curso y en 2019 el joven entró en contacto con la escuela Creativa de la ciudad del Cabe. "Fun ver o que tiñan e vin que había posibilidades de probar nunha clase de batería", dice. Y se le abrió el cielo. Allí estaba, al alcance de la mano el instrumento que le llenaba el ojo desde niño. Probó y se quedó.

Eso fue en septiembre y en Navidad de ese mismo año el triángulo mágico que forman Santa Claus, los Reyes Magos y los padres agasajaron a Andrés con una batería. "Cunha batería acústica, que tocas e soa directamente", dice el joven casi emocionado recordando el momento. Sus padres fueron un poco los artífices de que empezase con la música y le apoyaron sin dudarlo en esta nueva etapa.

Desde aquel momento la batería y Andrés son uno. Le araña minutos al día para tocar y no se pierde ni una clase con Pepón, su profesor en Creativa.

Pepón (José Antonio Salvador) es muy conocido Monforte, donde da clases desde hace más de una década. Pero para los que no les suene, es el batería de la charanga Louband. Sí, ese que toca subido a un chiringuito en el que va el instrumento, la iluminación y unos dispositivos de los que salen fuego o confetti, según se tercie, mientras sus compañeros hacen diabluras con la música a pie pista.

La Louband ha revolucionado el mundo de las charangas, marca un antes y un después en el sector de la verbena y de las fiestas. Y Pepón, a ojos de Andrés es "un crack". A su vez, el ‘crack’ explica que "na música non facemos maxia. A clave é ensaiar e Andrés é o claro exemplo diso, de entrega ao instrumento". Insiste Pepón en que "non é normal nun rapaz da súa idade a cantidade de horas que lle adica á batería. Non se ven casos así". Añade que la actitud del joven es impecable y que los resultados a la vista están, un manejo del instrumento poco habitual para los años que lleva tocando.

Pero a Andrés no le gusta solo la música, también practica deporte desde hace años. Es cinturón negro en kárate y durante mucho tiempo estuvo vinculado al Chantada Karate Club. "Anque coa pandemia iso quedou parado e aínda non recuperei o ritmo".

A mayores, le gustan las motos, tiene una de monte con la que disfruta de paseos por los montes de O Saviñao y en la que sale solo o, si las agendas cuadran, con algunos amigos.

EL FUTURO. Así las cosas y con tantas aficiones, a este chaval de O Saviñao le gustaría seguir, al menos, con las baquetas. "Ata este curso combinei a guitarra e a batería. Agora estou centrado na batería porque estou en segundo de BAC, e tamén hai que apretar no instituto" reflexiona. "Sempre fun un bo estudiante pero este ano é importante para o futuro".

Y es que Andrés estudia en el Daviña Rey de Monforte y quiere cursar una ingeniería, así que no hay bromas este año. Dice que la música le libera, le divierte y por eso no pretende dejar las baquetas mientras pueda con todo. Le gustaría seguir con Pepón y quizá algún día animarse a formar parte de un grupo, de una charanga o de una orquesta durante un tiempo. 

"A min gústame ecoitar rock e metal, temas cañeros, e iso é o que toco coa batería, pero tamén me gustan as propostas das charangas e das orquestas actuais" señala. 
Quien sabe, quizás en unos años haya un joven ingeniero tocando la batería de fábula en uno de los grupos de renombre de las fiestas de Escairón. Todo es ponerse.

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