La sangre de San Genaro y San Pantaleón reposa en Monforte

Dos rarezas. Así pueden catalogarse estas reliquias entre otras muchas, como un clavo o una espina de la corona de Cristo en la crucifixión
Las Clarisas con uno de los relicarios.
photo_camera Las Clarisas con uno de los relicarios. EP

Una de las singulares piezas que se exhiben en el museo de arte sacro de las Clarisas de Monforte es un presunto relicario de San Genaro, patrón de Nápoles. El profesor Manuel Chamoso Lamas, con la ayuda del experto museístico Manuel Casamar, fue quien catalogó las más de 200 piezas expuestas en el mismo. Asegura este historiador que se trata de una de las reliquias "más preciadas" de la colección de los condes de Lemos, atesorada durante su virreinato napolitano, entre 1610 y 1616.

Esa pequeña joya, de 10 centímetros de alto, que muestran las religiosas en la imagen superior tomada hace 20 años, está compuesta de un óvalo de cristal tallado sobre un pie de esmaltes, dorados y piedras preciosas. Está rematada, a modo de cúpula, por un vaso de corte clásico de los mismos materiales. En las bisagras de la tapa, los esmaltes dibujan unos insectos y flores minúsculas, mientras que el pie y el vaso están acabados en blanco y oro, con una composición simple.

Como virrey de Nápoles, el VII conde de Lemos trajo a Monforte numerosas obras de alto valor artístico

En una relación de reliquias firmada por la fundadora del convento, Catalina de la Cerda y Sandoval, en el que ingresaría como religiosa de clausura tras la muerte de su esposo el VII Conde de Lemos, Pedro Fernández de Castro, se cita que la sangre de San Genaro se encuentra en un recipiente "de cristal, con oro y rubíes". El padre José de Carabantes, capellán del cenobio, da fe de ese inventario en 1690. La escueta descripción se refiere, sin duda, a la inventariada por Chamoso y Casamar.

El interior de esa elegante miniatura contiene, supuestamente, sangre sólida del obispo mártir San Genaro, patrono principal de la ciudad partenopea, cuya festividad se celebra el 19 de septiembre. En la catedral de Nápoles, al igual que en Monforte, se guarda desde hace siglos un relicario de cristal con sangre solidificada del obispo venerado por los napolitanos que, milagrosamente, el día de su festividad se licua ante el asombro de los fieles. Este milagro de la licuefacción se produce desde 1389, según las crónicas.

Hay un total de 223 piezas inventariadas traídas de Italia para el disfrute de la condesa Catalina de la Cerda

En el caso de Monforte no tiene lugar ese hecho portentoso y el plasma de San Genaro se mantiene sólido. Es una pena, puesto que semejante milagro sería una atracción de primera magnitud y, a buen seguro, atraería a miles de devotos para presenciarlo, tal como sucede en la seo de Nápoles cada 19 de septiembre.

Este curioso y apreciado relicario conservado en el convento monfortino, pese a figurar en el catálogo inicial de 223 piezas inventariadas, que se exponen en el museo desde su apertura en 1977, no se exhibía al público y en su lugar puede verse en la actualidad, en una vitrina expositora, un sencillo recipiente circular de cristal, cuyo interior contiene también, supuestamente, sangre de San Genaro, según indica la etiqueta informativa de la reliquia.

Si en el memorial de reliquias rubricado por la fundadora del convento de clarisas solo aparece explicitado el descrito resto del venerado santo Genaro, ¿a quién corresponde el plasma que ahora puede verse en el museo?

La historiadora Manuela Sáez, experta en el estudio de las reliquias de las Clarisas de Monforte, cree que el relicario con sangre ahora expuesto pertenece a San Panteleón.

El VII conde de Lemos tenía especial interés en obtener plasma de ese santo y en octubre de 1615 pide a Fernando de Andrade y Sotomayor que interceda ante el Papa conseguir parte de la sangre de San Panteleón.

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