El rural para alejarse del estrés urbano

La búsqueda de una rutina más relajada y el encarecimiento de la vida en los núcleos grandes impulsa la apuesta por villas y aldeas
Miriam Pérez llegó a Chantada. EP
photo_camera Miriam Pérez llegó a Chantada. EP

Es posible que el destino exista y esté predeterminado o quizá haya simplemente casualidades. Sea como sea, parece que estaba escrito que Joaquín Pérez y su hija Miriam abandonasen su Madrid natal por Chantada, municipio donde él acudió a una entrevista laboral en una ganadería tras estallar en 2007 la crisis de la construcción.

No aceptó el empleo y volvió a la capital de España, pero solo unos años más tarde, en agosto de 2020, Chantada acogió a Miriam. La joven estudió Magisterio en la Universidad Complutense y mientras hacía las prácticas en un colegio de una localidad de la sierra madrileña dio con un máster en Dirección de Actividades Educativas en la Naturaleza que la USC imparte en Lugo.

Su meta entonces era marcharse de Madrid, así que se lanzó. Una vez en Lugo empezó a dar clases particulares de inglés en A Barrela (Carballedo). Al desplazarse pasaba por Chantada. "Cuando se lo conté a mi padre, se acordaba del pueblo", relata.

Miriam acabó mudándose a la villa del río Asma y un tiempo después, cansado del encarecimiento de la vida en Madrid, Joaquín decidió seguir a su hija. Compró una casa en Axulfe, en la parroquia de San Pedro de Viana, donde ambos viven actualmente como dos chantadeses más. Ni se plantean regresar. Él se ha traído la pala con la que desempeña su profesión y ella sigue dando clases.

Estilos de vida

"Estoy encantada y me he adaptado muy bien. A la gente suele llamarle la atención que prefiera vivir aquí que en Madrid, con todo lo que hay que hacer allí, pero es que en Chantada tengo dos ciudades relativamente grandes (Lugo y Ourense) cerca si un día quiero ir al cine o a un centro comercial y A Coruña tampoco está lejos", indica Miriam Pérez.

Al comparar el estilo de vida, para ella Chantada vuelve a ganar a Madrid. "Me encanta que la gente te conozca y se preocupe por ti cuando vas por la calle, va con mi forma de ser", destaca.

Miriam Pérez: "De Chantada me encanta que te conozcan por la calle y se preocupen por ti. Va con mi forma de ser"

También en Chantada ha establecido su hogar Sandra Martos, quien hasta hace dos meses residía en Tarragona. "Vivir en una ciudad ahora resulta muy difícil. Todo es más caro. Soy soltera y necesitaba tres trabajos para sobrevivir", comenta esta trabajadora de Correos dedicada a repartir por las parroquias chantadesas.

El cambio ha sido para bien. "Estuve en Tarragona la semana del día de Reyes y mis amigos me han visto mejor y más contenta que antes de mudarme a Chantada", asegura.

A Sandra le abrieron paso su madre y su padrastro, un vecino de Carballedo que emigró a Cataluña, donde conoció a su pareja. La progenitora tuvo un problema de salud hace años y Sandra pasó dos meses en Chantada cuidándola. Fue cuando se dio cuenta de que quería una vida rural.

Sandra Martos: "En Tarragona necesitaba tres trabajos para sobrevivir y ahora me sobra con el que tengo en Correos"

"Aquí tengo un trabajo, no tres, y me sobra. Pago 300 euros por mi piso y en Tarragona tenía que abonar 650 solo de alquiler", apunta la mujer, que aún elabora su nueva rutina. "Ya me he hecho el carné de la biblioteca y empezaré pronto a ir a clases de yoga", añade.

Respecto al empleo en Correos, que le permitió el  traslado, afirma que hay "menos faena y mayor contacto con la gente". Además, se ha librado "de las químicas de Tarragona, lo más parecido a eso aquí es el purín", bromea.

Sandra, que desea comprar casa, mantiene su empleo, pero en otras situaciones, el cambio de una ciudad al rural ha supuesto tener que ganarse la vida en otro sector.

Un ejemplo son Marina Luaces y José Pérez, que junto a sus hijas, Emma y Noa, cansados de las vistas plagadas de fábricas, en 2021 dejaron atrás todo en Barcelona para vivir en la casa familiar que conservan en Teilán, parroquia perteneciente a Bóveda. Solo iban de vacaciones en verano, pero actualmente este ayuntamiento es su hogar.

José Pérez y Marina Luaces cambiaron Barcelona por Bóveda. AEP
José Pérez y Marina Luaces cambiaron Barcelona por Bóveda. AEP

En Barcelona, José era operador de planta de fabricación en la industria farmacéutica y Marina, directora de una escuela de Formación Profesional. Ahora, el medio de vida de esta pareja de padres gallegos (de Bóveda y O Incio) que se conoció durante una fiesta de juventud en Vilasouto es un invernadero dedicado al cultivo de plantas aromáticas e industriales para su posterior venta. Se encuentra en la parroquia de Ribas Pequenas.

Marina Luaces: "Vas a comprar a Bóveda y hablas con la gente. Barcelona es más impersonal y todo el mundo va con prisa"

"Llevábamos tiempo con la idea de venir a vivir a Bóveda rondándonos. Aquí todo se mueve más lento. Vas a comprar y hablas con la gente. En Barcelona, la vida es más impersonal y estresante. Todo el mundo va con prisa", describe Marina Luaces.

En O Courel hay otro caso drástico de cambio de vida. La pandemia marcó un punto de inflexión en la familia que forman Julio Ferrín, Sandra Arza y sus dos hijos.

Tras pasar el primer confinamiento en un piso de Arteixo decidieron dar un giro completo a sus vidas y volver a la comarca de Quiroga, donde nacieron. Dejaron sus trabajos —él era inspector de calidad y ella, administrativa— y tocó pensar cómo ganarse la vida.

Nuevas ocupaciones

Sandra apostó por una Casa do Maior en su Folgoso do Courel natal, lo que sirvió, además, para llevar a este municipio "un servizo fundamental para que os maiores non teñan que desprazarse fóra", más teniendo en cuenta el envejecimiento de la población local y que O Courel sigue sin residencia.

Por su parte, Julio puso en marcha la frutería As 3 en Cunca, en la Rúa Real de Quiroga. Abrió en abril de 2022 y desde entonces ya cuenta con clientes fieles, que visitan el establecimiento en busca de productos frescos y de gran calidad. Junto a las frutas más consumidas, suele contar con otras que pueden considerarse exóticas, al no ser habitual verlas en tiendas de la Ribeira Sacra.

Julio Ferrín "Intentas emprender e todo son trabas das administracións, pero a miña froitería en Quiroga marcha ben"

El negocio de Julio funciona "como unha especie de mercado local, para poñer en valor os produtos de aquí", como el aceite, la miel o las elaboraciones con castañas, entre otros. Aunque su clientela está formada, sobre todo, por vecinos, también muchos turistas acuden a As 3 en Cunca para llevarse productos típicos de la comarca.

Julio Ferrín, que destaca también por su faceta musical —es solista y canta en numerosas fiestas y eventos de la comarca—, dice estar satisfecho por el cambio de vida. La frutería marcha bien, "uns meses mellor que outros", pero se queja de que las administraciones no lo ponen demasiado fácil. "Intentas emprender e todo son trabas", lamenta.

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