El sector turístico de la Ribeira Sacra está contento. Y no es para menos. A pesar de la pandemia, las previsiones iniciales se van cumpliendo con creces y los números registrados en lo que va de verano son buenos e invitan al optimismo de cara al mes de agosto. Con las rutas fluviales y el románico por bandera y tras años de constante crecimiento, la zona vive un auténtico boom turístico, muy palpable en Monforte, donde hoteles y restaurantes disfrutan a rebosar de su agosto por adelantado.
La oficina de turismo terminará el mes registrando una media de 130 visitantes al día. Madrileños, catalanes, vascos y andaluces son los predominantes y es que, si habitualmente ya llegaban, sobre todo, turistas nacionales, este año el covid hace que la cifra sea mayor, alcanzando alrededor del 90%, comenta Alexandra Seara, gerente del Consorcio de Turismo.
La gran mayoría ya llegan informados sobre qué ver. El teléfono del Consorcio lleva meses sonando sin parar y la web no para de aumentar sus visitas. Este es un recurso en el que llevan años trabajando y las últimas acciones fueron encaminadas a traducir los contenidos al alemán y al francés y a incorporar unas audioguías.
"Cando nos chama un turista xa ten unha idea do que quere ver e nós axudámoslle a deseñar as súas estadías", explica Seara, que constata también un cambio en las preferencias del visitante. Quieren contacto con la naturaleza, tener trato directo con las empresas y optan por establecimientos de reducido tamaño.
Aquí entran en juego las casas rurales y las viviendas turísticas. Su oferta, indica Seara, se ha incrementado en un 30% en tan solo dos años y son los que primero cuelgan el cartel de completos. Según datos del Consorcio, la ocupación de estos alojamientos estuvo en junio en un 70%, superando los datos del mismo periodo del 2020, y este mes se situó entre el 95 y el 100%. En agosto, si nada cambia, se espera una tónica similar.
AIRE LIBRE. El cambio de hábitos de los turistas es generalizado y otra de sus características es la preferencia por los lugares al aire libre. Esto ha hecho que desciendan ligeramente las visitas a museos y a oficinas de turismo, explica Seara, motivado también por el uso creciente de internet para recabar información.
Mientras tanto, las pequeñas agencias, que organizan rutas a grupos reducidos, están teniendo "o seu mellor verán". Los visitantes recurren a ellas, sobre todo, para ver y conocer con detalle las iglesias románicas de la parte lucense de la Ribeira Sacra.
Las bodegas siguen siendo otro de los ejes del turismo de la zona.
