Quiroga mecaniza sus viñedos

Un productor de San Vitorio instala el primer sistema de raíles para salvar pendientes
Antonio Castro, con su sistema de raíles. CARLOS JULIO GONZÁLEZ
photo_camera Antonio Castro, con su sistema de raíles. CARLOS JULIO GONZÁLEZ

La acusada pendiente de su viña, situada en San Vitorio, en el municipio de Quiroga, comenzaba a ser un problema para el viticultor Antonio Castro, especialmente en tiempos de vendimia. Hasta ahora transportaba las cajas llenas de uvas a la parte baja de la parcela en tractor, regulando la inclinación del remolque para intentar mantenerlo plano. Pero con los años, la sensación de llegar a pie del viñedo con el vehículo cargado impresionaba cada vez más y el propio Antonio reconoce que "impoñía respecto".

Es por eso que hace unos meses se decidió a colocar una estructura de carriles, de casi 75 metros de longitud, para facilitar las labores en su viña, pero sobre todo para sacar la uva en esta época de vendimia.

EN OTRAS ZONAS. Es un sistema similar a los existentes en otras zonas de la Ribeira Sacra, permitiéndole subir hasta 18 cajas llenas de uvas en cada viaje de forma mucho más segura y menos trabajosa.

El aparato, eléctrico, ocupa una fila vertical y va anclado con unos hierros que se adentran unos dos metros de profundidad en la tierra. Además, cuenta con un sistema de frenado en caso de que el cable se rompa o suelte.

Se trata de una instalación muy habitual en las riberas del Sil y del Miño, pero muy difícil de encontrar en la subzona Quiroga-Bibei. De hecho, expertos del sector vitícola y buenos conocedores de la zona desconocen que exista otro caso así en este territorio, por lo que el instalado en San Vitorio podría ser el primero o uno de los pocos existentes en el municipio.

Este miércoles, día elegido por Antonio Castro para recoger la uva de su viña recientemente mecanizada, los carriles fueron sin duda el gran tema de conversación de las cerca de veinte personas, entre ellas familiares y amigos del viticultor, que se dieron cita en su propiedad para hacer la vendimia y recolectar, principalmente, uvas de las variedades mencía y tempranillo.

Castro fue el maestro de ceremonias, el encargado de manejar desde el fondo de la viña el sistema de transporte con un mando, mientras sus colaboradores le indicaban con señas y voces que bajase o subiese la estructura para poder cargar las cajas, fila por fila y sin problema.

Un invento que cuenta ya con 25 años de historia
La denominada viticultura heroica, la que se realiza en la denominación de origen Ribeira Sacra, donde los viñedos se distribuyen en bancales a lo largo de escarpadas pendientes de las montañas que bajan hasta los ríos Miño, Sil y Cabe, dejó de ser un trabajo con un enorme sacrificio gracias al invento de un soberino de Bulso. Alfredo Rodríguez diseñó hace 25 años un sistema para sacar cómodamente la uva y dejar atrás la penosa labor de acarrearla a cuestas.

INSPIRACIÓN. El primer elevador que funcionó en la Ribeira Sacra fue instalado en el año 1995 en una viña de Amandi por el exdirector del colegio de Sober José Manuel López Santos. La inspiración le llegó en una excursión con los alumnos del centro en plena subida en funicular a la basílica del Valle de los Caídos. Su idea se la transmitió a Alfredo Rodríguez, que se encargaría de idear este sistema de montacargas.

 

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