No hace falta estar mucho tiempo en ella para darse cuenta de que la Mostra do Aceite de Quiroga no es un evento gastronómico más. El propio alcalde, Julio Álvarez, lo explica. "Es una muestra y no una feria por la explicación sobre cómo se elaboraba antiguamente el aceite", señala. La demostración se lleva a cabo en una almazara de Bendilló.
En esta pequeña y antigua construcción, el burro Nicolás fue el gran protagonista. Acaparó múltiples elogios del público y cautivó especialmente a los más pequeños, que incluso se atrevieron a acariciarlo, motivados por la calma que transmitía el animal.
Nicolás es el encargado de mover la inmensa muela de granito para prensar las olivas. La masa resultante se coge con una pala y se lleva a un espacio donde es sometida a un proceso con filtros de esparto y agua caliente. Es un procedimiento tradicional, la forma en la que esta comarca de importante tradición aceitera obtenía su producto estrella en otros tiempos.
Este ejercicio se repitió numerosas veces desde las 11.30 horas y durante todo el día en el interior de la vieja almazara, que renovaba su público cada poco tiempo. El evento levanta la curiosidad de los visitantes, que valoran el buen estado en el que se conserva esta instalación y también el fuerte valor etnográfico que supone el haber recuperado esta actividad e incluirla en el programa de la Mostra do Aceite de Quiroga, que este domingo alcanzó las 19 ediciones.
Los aceites disponen de una marca propia para evitar fraudes y esperan contar en unos años con denominación de origen
Cinco cosecheros del municipio presentaron sus productos artesanos. El aceite de Quiroga se caracteriza por un sabor intenso, con un ligero toque amargo que lo convierte en una elaboración muy particular. "Eu non o usaría para fritir un ovo, aínda que ten que saber moi ben despois, a verdade. O noso aceite é ideal para botarlle aos grelos, á ensalada ou a calquera outra verdura cocida", indicó una de las cosecheras participantes en la muestra.
REGISTRO. Este producto dispone de una etiqueta propia. El Ayuntamiento registró la marca Aceite de Quiroga para evitar que en otras partes de España se elaborase un aceite diferente y se vendiese como si se hubiera hecho en la comarca.
Antes de la existencia de esta firma, el Ayuntamiento de Quiroga llegó a denunciar a una empresa que compraba las olivas en Extremadura y extraía el aceite en una almazara de Girona. Luego lo embotellaba y vendía como si fuese gallego y hecho en Quiroga.
El siguiente paso será crear una denominación de origen que proteja el aceite realizado en el municipio. Julio Álvarez y un grupo de olivicultores presentaron la petición en el registro general de la Xunta de Galicia en Lugo el pasado marzo. El Gobierno autonómico deberá tramitar el expediente para, posteriormente, remitirlo al Ministerio de Agricultura y luego a la Unión Europea.
El regidor cree que los trámites durarán entre cuatro y seis años. Mientras, existe un consejo que funciona como una denominación de origen y que se encarga de establecer una estricta normativa. Los aceites deben someterse, además, a unos controles de calidad para recibir una contraetiqueta que valida tanto su procedencia como su calidad.
